El informe publicado por Oxfam Intermón revela que el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 95% restante. Además, destaca que la influencia de los milmillonarios en la economía ha aumentado significativamente, ya que más de un tercio de las 50 mayores empresas del mundo tienen a un milmillonario como director ejecutivo o accionista principal. Esta concentración de poder en manos de los ultrarricos y las megaempresas amenaza los esfuerzos globales para abordar desafíos como la crisis climática, la pobreza y la desigualdad.
El informe también resalta que la desigualdad se está intensificando tanto dentro de los países como entre ellos. A pesar de que los países del Sur global representan el 79% de la población mundial, solo poseen el 31% de la riqueza global. Se describe una "oligarquía global" en la que los ultrarricos, a menudo al frente de empresas con gran poder de mercado, influyen en las decisiones políticas y económicas a nivel mundial, lo que obstaculiza el progreso global.
Oxfam Intermón advierte que dos multinacionales son propietarias del 40% del mercado mundial de semillas y que las tres principales gestoras de fondos estadounidenses manejan 20 billones de dólares en activos. Esto refleja cómo las empresas consolidan su poder y control sobre diversos sectores de la economía global. El informe también resalta tres ejemplos de abuso de poder, como la evasión fiscal de grandes corporaciones, la resistencia de empresas farmacéuticas para compartir tecnología de vacunas contra la COVID-19 y la actuación de acreedores privados que empeoran la crisis mundial.
En el caso de los acreedores privados, se destaca que los países de renta baja destinan casi el 40% de sus presupuestos anuales al servicio de la deuda, lo que supera en un 60% el gasto conjunto en educación, salud y protección social. Más del 50% de la deuda externa de los países de renta media y baja proviene de prestamistas privados como bancos o fondos de inversión libre. Algunos de estos acreedores son conocidos como "fondos buitre", que adquieren deuda a bajo precio en contextos de sobreendeudamiento y utilizan mecanismos legales para recibir el pago completo, obteniendo enormes beneficios a costa de los países endeudados.
En resumen, el informe de Oxfam Intermón destaca la creciente desigualdad económica a nivel mundial, impulsada por la concentración de riqueza y poder en manos de una minoría ultrarrica. Esta situación amenaza el progreso global y obstaculiza los esfuerzos para abordar desafíos importantes como la crisis climática, la pobreza y la desigualdad. Las acciones de grandes empresas, milmillonarios y acreedores privados están ejerciendo un impacto negativo en la economía mundial, minando la cooperación internacional y profundizando las disparidades sociales y económicas a nivel global.