Este lunes se cumplen 85 años desde la muerte de Sigmund Freud. Ochenta y cinco años de su muerte, casi 125 años -se cumplirán en noviembre- de la publicación de una de sus mayores obra, La interpretación de lo sueños. ¿Sigue el psicoanálisis interpelando a las sociedades contemporáneas?
Freud, el médico vienés que en los albores del siglo XX descifró los misterios del inconsciente, enfrentó una realidad radicalmente distinta a la nuestra, marcada por patologías como la neurastenia o la histeria, íntimamente ligadas a la represión sexual. Sin embargo, la profundidad y complejidad de sus ideas parecen seguir provocando una pasión en muchos rincones del mundo. Por eso Leamos -la editorial digital de Infobae- pone a disposición de los lectores, de manera gratuita 26 títulos del psicoanalista, en una colección que sigue creciendo. Todos se descargan de la página de Bajalibros y se pueden leer en cualquier computadora, tablet o teléfono.
¿Qué es lo que mantiene vivo este legado un siglo después? Según explicó en un artículo para Infobae Marcela Borinsky -quien está al frente de la cátedra de Historia de la Psicología en la Universidad de Buenos Aires-, la invención freudiana que comenzó como un simple método terapéutico se transformó en una auténtica “ciencia de lo psíquico inconsciente”, y su capacidad para leer la tensión entre la vida privada y la vida pública sigue ofreciendo claves para comprender las problemáticas subjetivas contemporáneas. Freud no solo es relevante por sus contribuciones a la psicología, sino por su capacidad de ofrecer un marco interpretativo a las contradicciones que habitan en el corazón de nuestras sociedades.
El psicoanálisis, a pesar de haber sido desarrollado en un mundo radicalmente diferente, sigue ofreciendo respuestas a los dilemas que enfrentamos en el siglo XXI. En un contexto marcado por la globalización, la digitalización y las nuevas configuraciones sociales, muchos de los conflictos internos que señalaba Freud —la lucha entre el deseo y la represión, la búsqueda de la identidad y la confrontación con los traumas del pasado— continúan presentes en las consultas de los profesionales y en las conversaciones culturales.
Otro punto que refuerza la actualidad del psicoanálisis es su capacidad para adaptarse a nuevas realidades. Aunque Freud construyó su teoría en torno a patologías que en su tiempo no tenían el mismo reconocimiento que en el presente —como la neurosis obsesiva o la histeria—, su insistencia en la sexualidad como núcleo de los conflictos internos se ha reconfigurado para analizar las nuevas subjetividades. Hoy en día, el psicoanálisis ofrece un marco para explorar cómo las identidades de género, las orientaciones sexuales y los vínculos afectivos evolucionan en un mundo donde las normas tradicionales han perdido rigidez. Aún así, persiste la pregunta: ¿sigue siendo válida la lectura freudiana de la sexualidad reprimida como causa principal del malestar? La respuesta a menudo varía según el contexto, pero lo cierto es que la capacidad de Freud para abrir un espacio de diálogo en torno a estos temas sigue siendo relevante.
Para entender por qué el psicoanálisis sigue vigente, es esencial remontarse a sus orígenes en la figura de Sigmund Freud, quien a finales del siglo XIX revolucionó la comprensión de la mente humana. Fascinado por los estudios del neurólogo francés Jean-Martin Charcot sobre la histeria, Freud comenzó a experimentar con la hipnosis como método para tratar las perturbaciones anímicas. Fue en ese contexto que descubrió que los síntomas que los pacientes no podían expresar con palabras se manifestaban en el cuerpo. Esta conexión entre lo físico y lo psíquico sentó las bases de lo que se convertiría en su mayor invención: el psicoanálisis.