En conmemoración del Día Mundial del Pulmón este 25 de septiembre, se destaca la preocupante relación entre la exposición a partículas contaminantes y enfermedades como el cáncer de pulmón y la EPOC. Según la OMS, la exposición a partículas contaminantes finas está vinculada a más de 7 millones de muertes prematuras al año, lo que resalta la gravedad del problema, especialmente en lo que respecta a enfermedades pulmonares y cardiovasculares.
El lema de este año, "Aire limpio y pulmones sanos para todos", enfatiza la importancia de mejorar la calidad del aire como una forma efectiva de reducir las enfermedades respiratorias y salvar vidas. Expertos señalan que el cambio climático y el aumento de la contaminación del aire están disminuyendo la función pulmonar y elevando el riesgo de hospitalizaciones por enfermedades respiratorias.
La contaminación del aire resulta vital para la salud pulmonar y la prevención de una amplia gama de enfermedades respiratorias, como el cáncer de pulmón, la EPOC, y las infecciones respiratorias agudas. La exposición a partículas contaminantes, en especial PM2.5, es uno de los principales desencadenantes de estas enfermedades, afectando a la población mundial a través de la quema de combustibles fósiles, vehículos e industrias.
La exposición a partículas contaminantes se ha relacionado con un aumento en el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson. Estudios recientes han demostrado que vivir en áreas con altos niveles de PM2.5 aumenta significativamente la posibilidad de desarrollar esta enfermedad, lo que agrava aún más la situación sanitaria en regiones expuestas a la contaminación atmosférica.
Para abordar esta problemática, es fundamental adoptar políticas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y mejoren la calidad del aire, mitigando así los riesgos para la salud asociados con la contaminación atmosférica. La implementación de medidas para reducir la quema de combustibles fósiles, mejorar la eficiencia energética y promover fuentes de energía limpias son clave para combatir esta crisis global.
Los grupos más vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas con enfermedades respiratorias preexistentes, son los más afectados por la contaminación del aire. La exposición a partículas contaminantes, en particular PM2.5, puede agravar condiciones como el asma y contribuir al desarrollo de enfermedades graves como la EPOC. Es crucial adoptar medidas preventivas para proteger a estos grupos vulnerables y reducir los riesgos asociados con la contaminación del aire en la salud.