La decisión del Gobierno de México de no invitar al rey Felipe a la toma de posesión de la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum, ha generado un hecho sin precedentes en la relación de España y la Corona con los países de América Latina. Como respuesta, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha decidido no participar en la ceremonia de traspaso de poder como protesta por este gesto, lo que profundiza la crisis diplomática que comenzó con la petición de disculpas de López Obrador al rey por el pasado colonial de España en 2019.
Desde que asumió la Jefatura del Estado hace diez años, el rey Felipe VI ha asistido a 17 tomas de posesión en diferentes países latinoamericanos, siendo la última en República Dominicana en agosto pasado. Como príncipe, también representó a España en otras 69 ceremonias, sumando un total de 86 presencias en relevos de mandatarios de países latinoamericanos con base democrática. No obstante, ha habido excepciones en las que no ha podido asistir, principalmente cuando su padre, Juan Carlos I, era el representante como rey emérito.
El cambio en la relación con México se evidenció desde la investidura de López Obrador en 2018, donde el rey Felipe asistió como príncipe de Asturias. Aunque el presidente mexicano agradeció su presencia en aquel momento, la relación se enfrió meses después cuando pidió a España que se disculpara por las matanzas cometidas durante la conquista hace cinco siglos. Esta petición fue rechazada por el Gobierno español, lo que marcó el inicio de una crisis diplomática que ha continuado hasta la actualidad.
El Gobierno de España ha tomado la decisión de no participar en la toma de posesión de la nueva presidenta de México como una forma de protesta por el veto del rey Felipe a la ceremonia. Esta medida se suma a las anteriores ocasiones en las que el monarca no ha podido asistir a tomas de posesión por decisiones políticas o por representación de Juan Carlos I como rey emérito. A pesar de las excepciones, Felipe VI ha mantenido una presencia activa en la representación del Estado español en el ámbito internacional.
La relación entre España y México ha experimentado altibajos en los últimos años, especialmente desde la llegada al poder de López Obrador en 2018. A pesar de que el rey Felipe asistió a su toma de posesión, la relación se desgastó rápidamente cuando el presidente mexicano solicitó disculpas por el pasado colonial español. Esta petición fue rechazada por el Gobierno español, lo que ha generado tensiones diplomáticas que han llevado a la decisión de no invitar al monarca a la toma de posesión de la nueva presidenta.
En resumen, la relación entre España y México ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, marcado por tensiones diplomáticas y gestos que han afectado la presencia del rey Felipe en la toma de posesión de mandatarios latinoamericanos. A pesar de las excepciones en las que no ha podido asistir, el monarca ha mantenido una presencia activa en la representación del Estado español en el ámbito internacional, lo que destaca la importancia de esta decisión de no invitarlo a la ceremonia de traspaso de poder en México.