El 26 de septiembre, un ataque con misiles golpeó un edificio residencial en los suburbios del sur de Beirut, causando la muerte de varias personas. Israel reclamó la responsabilidad de un ataque selectivo contra un comandante de Hezbolá en esta zona controlada por el grupo. Los residentes informaron la caída de tres misiles y mostraron su valentía al decir que no tenían miedo a pesar de los ataques.
Estos ataques, que han afectado al mando militar de Hezbolá, representan un golpe para el movimiento chiita. Sin embargo, la base de apoyo del grupo sigue siendo sólida según Talal Hatoum, miembro del buró político del movimiento chiita Amal y aliado de Hezbolá. Hatoum afirma que Israel intenta socavar la voluntad de la región y su pueblo, pero confía en la resistencia y determinación del movimiento para responder a los ataques.
Un factor importante que contribuye a la popularidad de Hezbolá, incluso entre libaneses de otras religiones, es su apoyo a la causa palestina. En Saida, al sur de Líbano, la familia de Ahmed huyó de Gaza en 1967 y ahora ayuda a los libaneses que escapan del conflicto en la frontera con Israel. Ahmed destaca la noble posición de Líbano en defensa de los palestinos y la solidaridad mostrada por sus hermanos libaneses, quienes dan lo más preciado, su sangre, para apoyar a los afectados por el conflicto.
A pesar de la popularidad de Hezbolá entre algunos sectores de la sociedad libanesa, otros expresan cansancio y críticas hacia el grupo. Jean, un viejo cristiano de Achrafieh, señala que Hezbolá provocó a Israel y lamenta la devastación en el sur del país. Se cuestiona por qué ningún país árabe ayuda a los palestinos y por qué la responsabilidad recae en Hezbolá. Jean considera que el grupo debería retirarse y convertirse en un partido puramente libanés para evitar más conflictos y pérdidas.
Para Hezbolá, la cuestión de renunciar a las armas supondría también perder su poder político, lo que plantea un dilema difícil para el movimiento chiita. La integridad y la autonomía de Hezbolá están ligadas a su capacidad de resistencia armada, lo que también ha sido fundamental en su apoyo popular. Aunque existen críticas y desacuerdos dentro de la sociedad libanesa sobre el papel de Hezbolá, el movimiento chiita continúa siendo una fuerza importante en la política y la sociedad del Líbano. Los recientes ataques y la respuesta del grupo ante los mismos plantean nuevos desafíos y dilemas para su futuro.