El huracán Helene golpeó Florida como un huracán de categoría 4 con vientos de 225 km/h, causando graves inundaciones, cierres de caminos y colapso de puentes. A medida que avanzaba hacia el norte, también afectó a otros estados como Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Florida, Tennessee y Virginia, dejando un saldo provisional de 93 muertos.
A pesar de que Helene se degradó a ciclón postropical, las tareas de rescate continúan en los condados afectados, como Buncombe, donde aún se desconoce la cifra final de fallecidos. Carolina del Norte ha sido el estado más golpeado con 37 muertos, seguido de Carolina del Sur con 25. Las autoridades y medios locales han compilado la información de los fallecidos.
La restauración del servicio eléctrico sigue siendo un desafío, ya que casi 2,2 millones de hogares continuaban sin electricidad el domingo. Los equipos del Departamento de Energía estadounidense trabajan para restablecerla, pero advierten que tomará varios días debido a la complejidad de la situación. Las imágenes de la devastación incluyen tejados arrancados, barrios inundados y árboles caídos.
Aunque Helene ya ha pasado, persiste el riesgo de inundaciones repentinas por la posible ruptura de represas en Carolina del Norte. El presidente Joe Biden tiene previsto visitar las zonas afectadas, junto con la vicepresidenta Kamala Harris, quienes prometen acompañar a las comunidades afectadas en su proceso de recuperación y reconstrucción. Tanto demócratas como republicanos, incluido Donald Trump, planean visitar las zonas afectadas.
Muchas personas se han refugiado en albergues de la Cruz Roja estadounidense, ya que sus hogares son inhabitables. Se han enviado suministros por aire a zonas de Carolina del Norte inaccesibles por tierra, como agua y alimentos. Vías de comunicación importantes siguen cerradas en varios estados, afectando a miles de personas y dificultando las labores de rescate y asistencia.
La situación provocada por Helene ha generado una movilización de recursos y esfuerzos para ayudar a las comunidades afectadas a recuperarse. La persistencia del riesgo de inundaciones y la necesidad de restablecer servicios básicos como la electricidad plantean desafíos a las autoridades locales y federales. La solidaridad y la colaboración entre diferentes entidades buscan brindar ayuda a quienes más lo necesitan tras el paso destructivo del huracán.