Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera presidenta de México en 200 años de independencia del país, enfatizando el papel de las mujeres como líderes y la importancia de que todas puedan soñar sin que su sexo determine su destino. Tras recibir la banda presidencial de manos de Ifigenia Martínez, una histórica luchadora de la izquierda mexicana de 94 años, Sheinbaum afirmó ser madre, abuela, científica y mujer de fe, y agradeció a su predecesor, Andrés Manuel López Obrador.
La nueva presidenta de México reafirmó su compromiso de continuar con el legado de López Obrador, tanto en los éxitos como en los puntos más criticados, incluyendo programas sociales exitosos y controvertidos cambios constitucionales que podrían profundizar la militarización del país o poner en peligro el Estado de Derecho. Sheinbaum defendió la reforma que hará que todos los jueces sean elegidos por voto popular, asegurando que habrá Estado de derecho, más autonomía e independencia del Poder Judicial, y garantizando todas las libertades y derechos humanos.
Durante su primer discurso a la nación, Sheinbaum también anunció reformas en igualdad de género, eliminación de la brecha salarial y feminicidios. En cuanto a la militarización del país, la presidenta defendió que la Guardia Nacional estando en la Secretaría de la Defensa no representa militarización y aseguró que las inversiones públicas y privadas estarán seguras en México. Sin embargo, sus críticos y organizaciones internacionales han expresado preocupación sobre la dirección que podrían tomar estos cambios constitucionales y sus posibles consecuencias.
La llegada de Sheinbaum a la presidencia marca un hito para las mujeres en México y en la historia del país. Su elección como presidenta constitucional representa un cambio significativo en la política mexicana y un paso importante hacia la igualdad de género en el país. Sheinbaum destacó en su discurso la importancia de que las mujeres ocupen puestos de liderazgo y puedan participar activamente en la toma de decisiones en todos los ámbitos de la sociedad.
La nueva presidenta mexicana también reafirmó su compromiso con los derechos humanos, las libertades individuales y el fortalecimiento del Estado de derecho en México. Sheinbaum se comprometió a trabajar por un país más seguro, justo y equitativo para todos los mexicanos, haciendo hincapié en la importancia de la participación ciudadana y la colaboración entre todos los sectores de la sociedad para lograr un verdadero cambio y transformación en México.
En resumen, la elección de Claudia Sheinbaum como presidenta de México marca un momento histórico en la política mexicana y en la lucha por la igualdad de género en el país. Sheinbaum ha prometido continuar con los programas sociales exitosos de su predecesor, así como implementar reformas importantes en igualdad de género y derechos humanos. Su presidencia representa un nuevo capítulo en la historia de México y una oportunidad para impulsar cambios significativos en beneficio de todos los mexicanos.