El conflicto actual entre Israel y Hezbolá se basa en posiciones firmes de ambas partes, con Israel buscando eliminar la amenaza que representa Hezbolá desde el Líbano, mientras que Hezbolá ataca posiciones israelíes en un intento por destruir el Estado de Israel. La tensión ha aumentado en los últimos 11 meses con hostilidades transfronterizas diarias y la reciente invasión israelí en Líbano, lo que plantea la pregunta sobre la ausencia del ejército libanés en el conflicto y su capacidad para intervenir.
El ejército libanés ha estado ausente en las hostilidades debido a la falta de equipamiento y arsenal necesario para enfrentarse a Israel, que cuenta con un sólido apoyo financiero y armamentístico de potencias occidentales. Existe la creencia de que Estados Unidos ha presionado a los gobiernos libaneses para evitar que adquieran armas sofisticadas que puedan representar una amenaza para Israel. La crisis económica en Líbano, agravada por la explosión en Beirut en 2020, ha afectado gravemente al ejército libanés en términos de fondos, combustible y operatividad.
EE.UU. es el principal donante del ejército libanés, pero su ayuda se limita a vehículos, accesorios y armas individuales, en comparación con el apoyo que brinda a Israel. La ineficacia del ejército libanés contra Israel se asemeja a la de otros ejércitos regionales, y algunos expertos consideran que ningún ejército árabe tiene la capacidad para enfrentarse a Israel, salvo a través de estrategias de guerrilla. El papel del ejército libanés se centra en mantener la estabilidad interna en un contexto de fricciones entre diferentes grupos en el país.
El ejército libanés se desplegó en zonas consideradas sensibles tras la muerte del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, y ha emitido comunicados instando a preservar la unidad nacional y la paz civil en el país. Aunque el ejército está presente en el sur del país, no ha tenido un papel activo en las hostilidades actuales entre Israel y Hezbolá. Se prevé que un alto el fuego futuro implicaría un mayor despliegue del ejército en el sur, lo que conllevaría desafíos en términos de personal y fondos necesarios.
En general, el ejército libanés se enfrenta a limitaciones significativas en su capacidad para intervenir en el conflicto entre Israel y Hezbolá, debido a la falta de recursos, equipamiento y apoyo comparado con las fuerzas israelíes. A pesar de su presencia en zonas sensibles y su papel en mantener la estabilidad interna del país, el ejército libanés no ha tenido un papel destacado en el conflicto actual. En un contexto de tensiones regionales y fricciones internas, el ejército libanés se enfrenta a desafíos tanto operativos como financieros para abordar la situación en la frontera con Israel.