Irán ha lanzado un ataque masivo contra Israel, en represalia por asesinatos de líderes de Hamás y Hezbolá. El ejército israelí utilizó su sistema de defensa aérea, el Domo de Hierro, para interceptar una gran cantidad de misiles iraníes, evitando heridos graves y daños materiales importantes en territorio israelí. Sin embargo, en esta ocasión, hay indicios de que otros sistemas también contribuyeron a neutralizar los ataques.
El Domo de Hierro es parte de un sistema de defensa aérea de varias capas que Israel ha desarrollado en los últimos años. Diseñado para neutralizar amenazas cercanas, el Domo puede destruir cohetes de corto alcance y ha demostrado una efectividad del 90%. Con más de 2.000 intercepciones, es considerado el sistema antiaéreo más utilizado en el mundo actualmente. Cada misil Tamir utilizado en el Domo tiene un costo de entre US$35.000 y US$50.000, lo que lo hace una herramienta costosa pero efectiva en la protección del espacio aéreo israelí.
Además del Domo de Hierro, Israel cuenta con otras armas en su sistema de defensa aérea, como la Honda de David, diseñada para neutralizar amenazas a mayores distancias, y la familia de misiles balísticos Arrow 2 y 3, capaces de alcanzar objetivos a más de 2.400 kilómetros de distancia. Estos sistemas, desarrollados por empresas estadounidenses e israelíes, complementan la protección del país contra ataques aéreos enemigos.
Los aliados de Israel, principalmente Estados Unidos y Reino Unido, también juegan un papel fundamental en la defensa aérea del país. En ataques recientes, aviones cazas estadounidenses y buques de guerra han contribuido a la neutralización de amenazas iraníes. A pesar de la efectividad del sistema de defensa aérea israelí, las autoridades reconocen que no es infalible y que se han registrado incidentes en los que cohetes han impactado en zonas pobladas, causando heridos y daños.
Expertos han cuestionado la tasa de éxito del 90% afirmada por las autoridades israelíes, señalando que el sistema no dispara contra todos los objetivos y que el espacio aéreo no está totalmente protegido. Incidentes como la caída de un misil iraní en una base aérea en el sur de Israel ponen en entredicho la fiabilidad del sistema. A pesar de estos desafíos, Israel sigue confiando en su sistema de defensa aérea para protegerse de posibles ataques enemigos y mantener la seguridad en la región.