El miedo se ha apoderado de Beirut después de un segundo bombardeo en el corazón de la capital. Un misil israelí golpeó un centro médico vinculado a Hezbolá, donde murieron 7 personas, la mayoría paramédicos. Este ataque ha caído cerca del parlamento de Líbano, lo que hace que la sociedad civil libanesa sienta que no hay lugar seguro. La población desplazada busca refugio en barrios donde la presencia de Hezbolá no sea predominante, aunque ahora sienten que cualquier barrio puede ser bombardeado.
El ejército israelí ha estado emitiendo órdenes de expulsión a altas horas de la madrugada contra residentes de los suburbios de Beirut, lo que obliga a familias enteras a abandonar sus hogares sin saber si sobrevivirán a una noche de bombardeos. Los ataques de Israel han aumentado, demostrando su superioridad en los combates aéreos, aunque no necesariamente en el terreno. Un enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre Israel y Hezbolá en suelo libanés resultó en 8 muertes entre las filas israelíes. Además, se realizaron bombardeos en el sur de Beirut, causando más devastación en la ciudad.
La situación en Beirut ha llevado a que muchos barrios se conviertan en ciudades fantasma, con pocos habitantes dispuestos a quedarse en medio de la violencia. El Ministerio de Salud libanés informó sobre el alto número de muertes y heridos debido a los bombardeos israelíes en diferentes regiones del país. La incertidumbre y el temor se han generalizado en la población, que vive en constante peligro debido a la violencia en curso. La falta de seguridad y la sensación de vulnerabilidad han llevado a un aumento en la tensión y la angustia en todo el país.
La escalada de violencia entre Israel y Hezbolá ha dejado un rastro de destrucción y muerte en el Líbano, con un alto número de víctimas. Los continuos bombardeos y ataques han causado estragos en la población civil, obligando a miles de personas a abandonar sus hogares en busca de refugio. Las tensiones en la región se han intensificado, con la comunidad internacional observando con preocupación la situación en el Líbano. Los esfuerzos por lograr una tregua y frenar la violencia parecen ser cada vez más urgentes, mientras la población libanesa sufre las consecuencias de un conflicto en aumento.
La comunidad internacional ha condenado los ataques y la violencia en el Líbano, instando a un cese inmediato de las hostilidades. Las imágenes de destrucción y sufrimiento en Beirut han generado una ola de solidaridad y apoyo para el pueblo libanés, que enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes. Los llamados a la calma y a la negociación han sido constantes, con la esperanza de encontrar una solución pacífica al conflicto. Mientras tanto, la población local continúa luchando por sobrevivir en medio de la violencia y la incertidumbre, en un país devastado por la guerra y la discordia. La atención internacional se centra en el Líbano, con la esperanza de encontrar una salida pacífica y duradera a un conflicto que ha causado tanto sufrimiento y destrucción.