Más de 20 personas murieron y al menos 15 resultaron heridas en un ataque de la banda armada Gran Grif en la localidad de Pont Sonde en Haití. La incursión ocurrió durante la madrugada y se sospecha que el número de víctimas podría aumentar. La banda Gran Grif, con base en la población de Savien, en Petite Riviere, Artibonite, obligó a la población del área afectada a huir en masa y refugiarse en la plaza pública de la ciudad de Saint-Marc. Los heridos están recibiendo tratamiento en centros sanitarios, especialmente en el hospital Saint Nicolas de Saint-Marc, a unos cien kilómetros de Puerto Príncipe. Desde la mañana, el grupo armado controla la zona de Pont Sonde, en el departamento haitiano de Artibonite.
Ante la escalada de violencia, el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública de Haití ha dado instrucciones a la Policía Nacional para restablecer el orden y combatir a los grupos armados que siembran el terror en el departamento de Artibonite. En un comunicado, el ministerio ha afirmado que los responsables de estos crímenes no quedarán impunes y que serán perseguidos hasta el final. Se han prometido medidas necesarias para devolver la paz al país y permitir que la población pueda llevar a cabo sus actividades diarias sin temor. Este ataque se produce poco después de que Estados Unidos y la ONU anunciaran sanciones contra el líder del Gran Grif, conocido como Luckson Elan.
La violencia de las bandas armadas en Haití ha provocado que miles de personas abandonen sus hogares en busca de seguridad. Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 700,000 personas, la mitad de ellas niños, son desplazados internos en Haití en la actualidad. Esta crisis humanitaria se suma a la inestabilidad política y económica que sufre el país caribeño, con acusaciones de corrupción que afectan a altos cargos gubernamentales. La situación se agrava con la falta de recursos y la precariedad de los servicios públicos, lo que ha generado una profunda crisis social.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Haití y ha instado al gobierno local a tomar medidas urgentes para abordar la violencia y la inseguridad que prevalecen en el país. Se necesitan esfuerzos coordinados para fortalecer las instituciones del Estado, mejorar las condiciones de vida de la población y garantizar el respeto por los derechos humanos. La falta de capacidad institucional y la corrupción generalizada son obstáculos que dificultan la estabilidad y el desarrollo sostenible en Haití, y es necesario un compromiso firme para abordar estos desafíos de manera efectiva.
La situación en Haití es preocupante y requiere una respuesta urgente por parte de las autoridades nacionales e internacionales para garantizar la seguridad y el bienestar de la población. Es fundamental abordar las causas profundas de la violencia y la inestabilidad en el país, construir instituciones sólidas y promover el desarrollo sostenible para lograr una paz duradera. La comunidad internacional debe apoyar los esfuerzos de Haití para superar esta crisis y trabajar en conjunto para construir un futuro más seguro y próspero para todos los haitianos. Solo a través de la solidaridad y la colaboración se podrá lograr un cambio significativo en la situación actual de Haití y sentar las bases para un futuro mejor.