Hasta ahora, la industria musical ha evitado las consecuencias de movimientos como #MeToo que han afectado a otros sectores como Hollywood o los medios de comunicación. Sin embargo, las graves acusaciones contra el magnate del hip hop, Sean Combs, podrían marcar un cambio en este sentido. Se le acusa de dirigir una red criminal sexual que se aprovechaba de mujeres y las chantajeaba para mantener su silencio. Esto podría indicar que la industria de la música comience a rendir cuentas por estos comportamientos.
La condena de más de 30 años de prisión del cantante de R&B, R. Kelly, por delitos sexuales contra menores y tráfico sexual, fue un hito para el movimiento #MeToo. Fue el primer juicio importante por abusos sexuales en el que la mayoría de las acusadoras eran mujeres negras. A lo largo de los años, han surgido acusaciones contra otros hombres poderosos de la industria, como Marilyn Manson, Russell Simmons, Diplo, Dr. Luke, y más recientemente, Garth Brooks. Se cuestiona el trato diferencial que reciben las estrellas masculinas en comparación con las mujeres en la industria musical.
La profesora del Occidental College, Caroline Heldman, y la investigadora Kate Grover, señalan que las mujeres en la industria musical suelen ser vistas como más "desechables" que los hombres. Además, se destaca el impacto de la raza en las acusaciones, ya que las víctimas de R. Kelly eran mayoritariamente mujeres negras que no tenían el mismo poder de estrella que otras denunciantes de casos similares en otros sectores. La cultura de la violación y la misoginia arraigada en la industria de la música representa una amenaza para la seguridad de muchas personas, según la cantautora y activista Tiffany Red.
Las acusaciones contra Sean Combs y otros hombres poderosos de la música ponen de manifiesto la gravedad de la situación en la industria. Numerosas víctimas se preparan para presentar una nueva demanda contra el rapero, después de una oleada de denuncias que ha surgido a raíz de las acusaciones de su expareja, Cassie Ventura. La carta abierta de la activista Tiffany Red a Combs pone de relieve los problemas sistémicos y la necesidad de un cambio significativo en la industria musical. Las ventas y reproducciones de música de artistas acusados como R. Kelly y Sean Combs aumentaron tras las denuncias.
Caroline Heldman menciona la indulgencia que disfrutan los músicos por parte de sus fans, a pesar de las acusaciones en su contra. Sin embargo, señala que parece que la industria musical está en un punto de inflexión, donde los abusadores ya no pueden silenciar a las supervivientes de sus acciones. Se espera que este cambio marque el comienzo de una mayor rendición de cuentas y un cambio en la cultura de la industria musical en relación con la violencia sexual y el abuso de poder. Las acusaciones contra Sean Combs y otros hombres poderosos podrían marcar un precedente en la industria y conducir a una mayor conciencia y acciones contra estos comportamientos.