El Gobierno de Haití ha extendido el toque de queda nocturno en el departamento del Oeste en Puerto Príncipe por siete días más, como parte del estado de emergencia en la región. El primer ministro interino, Michel Patrick Boisvert, ha establecido que el toque de queda estará en vigor desde las 19 horas locales hasta las 18 horas locales, eximiendo a ciertos profesionales como autoridades del orden público, bomberos, personal médico y periodistas debidamente identificados. Durante este período, las manifestaciones están prohibidas en el departamento del Oeste y aquellos que desobedezcan la orden podrán ser arrestados.
Un informe de la ONG Red Nacional de Defensa de Derechos Humanos (RNDDH) reveló que al menos 208 personas murieron en Haití entre enero y marzo, incluyendo 13 policías. Además, se registraron 158 personas heridas y 5 ataques armados en diferentes áreas como Beudet, Croix-des-Bouquets y Bel-Air. Los cadáveres de 55 de estas víctimas, incluido el de un policía, fueron encontrados en Puerto Príncipe, Delmas y Pétion-ville por residentes locales. La situación de violencia en Haití ha alcanzado niveles alarmantes, con más del 80% de la capital bajo el control de bandas armadas que cometen diversos crímenes.
La situación en Haití se ha vuelto crítica, con bandas armadas asesinando, secuestrando, incendiando viviendas, cometiendo violaciones masivas contra mujeres y niñas y oponiéndose a la instalación del Consejo Provisional para la Transición. La violencia en el país ha generado un ambiente de inseguridad generalizado, afectando la vida diaria de la población y dificultando la labor de las autoridades locales para restablecer el orden. Ante esta situación, el Gobierno haitiano ha tomado medidas como la imposición de toques de queda y la ampliación del estado de emergencia en la capital.
Las autoridades haitianas han reforzado la presencia policial en Puerto Príncipe para hacer frente a la creciente violencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos. El Gobierno ha establecido medidas como la prohibición de manifestaciones durante el toque de queda nocturno y la advertencia sobre posibles arrestos para aquellos que violen la orden. Además, se han registrado ataques armados en distintas zonas de la capital, lo que ha elevado la preocupación sobre la escalada de la violencia en el país.
La población de Haití se ve afectada directamente por la situación de violencia, con numerosas personas perdiendo la vida, resultando heridas o siendo víctimas de actos delictivos por parte de las bandas armadas que controlan gran parte de la capital. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la crisis en el país caribeño y ha instado a las autoridades locales a tomar medidas efectivas para restablecer la paz y la seguridad. La violencia y la inseguridad en Haití representan un desafío para la estabilidad y el desarrollo del país, requiriendo acciones concretas y coordinadas para abordar esta situación compleja.