Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson fueron galardonados con el Premio Nobel de Ciencias Económicas por su investigación sobre la relación entre el Estado de derecho, las instituciones y el crecimiento sostenible en los países. Estos economistas han demostrado la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de un país, destacando que las sociedades con un pobre Estado de derecho no generan crecimiento ni cambios positivos. Su trabajo ha proporcionado una comprensión más profunda de las causas del fracaso o éxito de los países en términos económicos.
Acemoglu y Johnson trabajan en el Massachusetts Institute of Technology, mientras que Robinson realiza su investigación en la Universidad de Chicago. Los laureados han destacado la importancia de reducir las diferencias en ingresos entre los países y han subrayado que las instituciones sociales desempeñan un papel fundamental en este proceso. A pesar de la importancia de las instituciones democráticas, Acemoglu reconoció que introducir la democracia puede ser difícil y generar conflictos, aunque es un paso necesario para lograr el crecimiento económico sostenible.
En su trabajo, Acemoglu y Robinson argumentaron que algunas naciones se mantienen pobres debido a problemas creados por el ser humano. Utilizando el ejemplo de la ciudad de Nogales en la frontera entre Estados Unidos y México, los economistas destacaron cómo a pesar de compartir geografía, clima y cultura común, existen marcadas diferencias en el desarrollo entre ambos lados de la frontera. Esta disparidad se debe, según los economistas, a la presencia de un sistema que protege los derechos de propiedad y da voz a los ciudadanos en su gobierno en el lado estadounidense.
El trabajo de Acemoglu y Robinson en su libro "Por qué fracasan los países. Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza" ha sido fundamental para comprender las razones detrás del éxito o fracaso económico de las naciones. Acemoglu expresó su preocupación por la pérdida de apoyo hacia las instituciones democráticas en Estados Unidos y Europa, señalando que es crucial recuperar la confianza de la población en la gobernanza. A pesar de las dificultades, los laureados resaltaron la importancia de fortalecer las instituciones sociales para lograr un crecimiento económico equitativo y sostenible.
El Premio del Banco de Suecia de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, conocido como el Premio Nobel de Economía, se otorga desde 1969 y reconoce contribuciones significativas al campo de la economía. A lo largo de los años, ha premiado a destacados economistas que han aportado nuevos enfoques y teorías a la disciplina. Este premio cierra la temporada de anuncios de los Nobel, que incluyen Medicina, Física, Química, Literatura y Paz. A pesar de las críticas sobre el carácter no oficial del Premio Nobel de Economía, sigue siendo uno de los reconocimientos más prestigiosos en el campo de las ciencias económicas.
En un momento en el que las democracias atraviesan desafíos y conflictos, la investigación de Acemoglu, Johnson y Robinson cobra especial relevancia al resaltar la importancia de las instituciones sociales en el desarrollo económico de los países. Su trabajo ha contribuido a una comprensión más profunda de las causas subyacentes de la prosperidad y el fracaso económico, y ha abierto el debate sobre la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas para lograr un crecimiento económico sostenible y equitativo a nivel global. Con este reconocimiento, los tres economistas han reafirmado la importancia de su labor en el campo de la economía y su impacto en la sociedad actual.