En la ciudad de Valença, Bahía, un martes por la noche, un fuerte estallido interrumpe el silencio, seguido de gritos desesperados en busca de ayuda. Rosália Maria Negrão Pita, junto a varios vecinos de la calle, descubren que su entonces novio, José Antônio Silva Braga, conocido como Tony Veículos, de 35 años, ha muerto a causa de un disparo en el corazón con un revólver calibre 38. La policía encuentra el arma en el asiento del pasajero del automóvil donde ocurrió el crimen. El jurado, por unanimidad, determina que Rosália no fue la autora del disparo.
El caso conmocionó a la ciudad de Valença, donde se generaron diversas opiniones entre los vecinos. Algunos creían en la versión de suicidio de Tony, mientras que otros apuntaban a Rosália como la responsable. Según la versión de la defensa, la relación entre Rosália y Tony era conflictiva y, unos días antes de su muerte, habían terminado su relación. Tony amenazó con suicidarse si ella no volvía con él, lo que llevó a una discusión que desencadenó en la tragedia. Rosália insistió en calmar a Tony y evitar que se lastimara, pero ocurrió el fatal disparo.
A lo largo de 12 años, el caso de la muerte de Tony fue investigado exhaustivamente. Se realizaron peritajes que demostraron que las huellas encontradas en el arma no eran de Rosália y que el disparo se efectuó en el interior del vehículo. A pesar de las acusaciones iniciales de la fiscalía, que sostenían que Rosália era culpable de asesinato, el juicio de jurado popular finalmente la declaró inocente. Su hija, Camila Pita, quien se había graduado en derecho para formar parte del equipo defensor de su madre, fue clave en la defensa.
El proceso legal duró varios años, durante los cuales la familia de Tony mantenía la sospecha de que Rosália era la responsable del crimen. Sin embargo, las pruebas recopiladas durante la investigación demostraban lo contrario. A pesar de las dudas que surgieron durante el juicio, el jurado determinó que no había pruebas suficientes para condenar a Rosália. Camila Pita, la hija de Rosália, quien estudió durante más de una década para ser abogada y defender a su madre, logró demostrar la inocencia de Rosália ante el tribunal del jurado.
Después de una larga espera de 12 años, la familia de Rosália finalmente obtuvo un veredicto favorable en el juicio. La absolución de Rosália fue un momento emocionante para todos los involucrados, especialmente para Camila, quien había dedicado gran parte de su vida a estudiar y prepararse para este momento. Ahora, con la inocencia de su madre demostrada, Camila planea utilizar esta experiencia como una fuerza impulsora en su vida profesional. La comunidad de Valença, que había estado dividida por el caso, finalmente pudo tener un cierre y aceptar la decisión del jurado popular.