Varias pandillas atacaron distintas comunidades en la capital de Haití, incendiando casas y una iglesia, lo que resultó en al menos una mujer asesinada en Solino, St. Michel, Tabarre 27 y otros vecindarios. Los residentes aterrados llamaban a las estaciones de radio pidiendo ayuda, mientras un sindicato policial alertaba sobre la inminente invasión de pistoleros en Solino el jueves. La Policía Nacional de Haití no ha dado declaraciones al respecto, y la toma de protesta del consejo electoral provisional programada para el viernes tuvo que ser trasladada a un lugar más seguro debido a la violencia en la zona.
Mientras tanto, seis agentes de Bahamas llegaron a Haití para unirse a la misión respaldada por la ONU y encabezada por la policía keniana para combatir la violencia de las pandillas. Este primer grupo de agentes es parte de un contingente de 150 soldados de Bahamas que llegarán en los próximos meses. Aunque la causa del reciente ataque no está clara, este se produce poco después de una operación policial en la que murieron al menos 20 presuntos pandilleros en una zona controlada por la pandilla 400 Mawozo, que opera principalmente en Tabarre.
Por otro lado, los primeros seis militares de Bahamas que formarán parte de los efectivos de su país en la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití llegaron a Puerto Príncipe. Este contingente llegó en un avión de una compañía de Bahamas, tras la promesa de enviar 150 efectivos por parte de Bahamas en agosto pasado. La situación en Haití es cada vez más preocupante debido a la violencia de las pandillas, que ha dejado al menos una víctima mortal y ha causado pánico entre los residentes de las comunidades afectadas.
La presencia de las pandillas ha generado caos y violencia en varias comunidades de Puerto Príncipe, con incendios de casas y una iglesia, así como asesinatos de civiles. Los residentes han solicitado ayuda a través de estaciones de radio y se han visto obligados a trasladar eventos importantes a lugares más seguros para garantizar la seguridad de los asistentes. La llegada de militares de Bahamas y la colaboración con la ONU y la policía keniana buscan controlar la situación y restaurar la seguridad en la capital haitiana, aunque la causa exacta de estos ataques sigue siendo desconocida.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales y de las fuerzas internacionales para combatir la violencia de las pandillas en Haití, la situación sigue siendo preocupante y la población sigue sufriendo las consecuencias de estos ataques. La presencia de militares de Bahamas y el apoyo de la ONU son un paso importante para garantizar la seguridad en la capital, pero se requiere una acción más contundente para abordar las causas subyacentes de la violencia y prevenir futuros brotes de conflictos. La comunidad internacional debe seguir colaborando con Haití para encontrar soluciones sostenibles a estos problemas y garantizar la protección de la población afectada.