Cuatro años más se abren camino para avanzar hacia un bienestar compartido que reduzca la extrema desigualdad económica y social en la República Dominicana. La inequidad, que ha concentrado un tercio del ingreso nacional en el 1% de la población, se ha extendido a lo largo de cinco décadas de crecimiento económico. El país se enfrenta a desafíos como salarios bajos, violencia, delincuencia, feminicidios y abuso sexual infantil.
El nuevo gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) inicia su gestión con la promesa de construir una sociedad menos marcada por la violencia y la inseguridad. Se busca abordar problemas como el tráfico estresante, los accidentes vehiculares, los feminicidios y el abuso sexual infantil. Además, se espera una mejora en la situación de endeudamiento, bajos ingresos, falta de agua y apagones en el país.
A pesar de las quejas ciudadanas sobre el costo de la vida, la criminalidad y el desempleo, el presidente Luis Abinader fue reelegido con la promesa de profundizar el cambio y buscar la equidad, el desarrollo humano y la paz social. Se espera que en este nuevo cuatrienio se puedan abordar estas demandas pendientes y lograr una mayor movilidad social en las clases media y baja.
La alta desigualdad persiste en todas sus dimensiones en la República Dominicana, con grandes brechas salariales, educativas y sociales. La desigualdad en el país se refleja en cifras alarmantes, como el coeficiente de Gini que revela la concentración del ingreso nacional en los hogares más ricos. A pesar de las recomendaciones para reducir la desigualdad, esta sigue en aumento en el país.
Organismos locales e internacionales han identificado las causas y efectos de la desigualdad en la República Dominicana, abogando por un desarrollo inclusivo, sostenible y solidario. Se destaca la importancia de reformar el sistema fiscal para garantizar la sostenibilidad del crecimiento económico y reducir la pobreza en el país. A pesar de una disminución en la pobreza monetaria, la vulnerabilidad sigue afectando a gran parte de la población.
En conclusión, la República Dominicana enfrenta el reto de reducir la desigualdad económica y social para avanzar hacia un bienestar compartido. El nuevo gobierno tiene la responsabilidad de abordar problemas urgentes como la violencia, la inseguridad, la pobreza y la exclusión social. Se espera que se implementen medidas efectivas para promover la equidad, el desarrollo humano y la paz social en el país.