Tras tres semanas de incertidumbre, el ejército israelí finalmente confirmó la muerte de Hashem Safieddine, quien se pensaba que estaba listo para asumir el liderazgo de Hezbolá tras la muerte de su líder, Hasán Nasralá. Esta noticia representa un golpe significativo para el movimiento islamista libanés, cuya cúpula ha sido debilitada por Israel en las últimas semanas. La confirmación de la muerte de Safieddine también fue anunciada por Hezbolá.
Hashem Safieddine, con su barba gris, anteojos y turbante negro típico, compartía un sorprendente parecido físico con su primo Nasralá y se perfilaba como el candidato más probable para sucederlo. Según expertos como Ignacio Gutiérrez de Terán, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, es común que la persona que preside el Consejo Ejecutivo asuma el cargo de líder del partido, como sucedió anteriormente cuando Nasralá tomó el mando tras la muerte de su antecesor.
Con la muerte de Safieddine, se espera que uno de los dirigentes históricos del movimiento libanés ocupe el liderazgo. Es probable que la responsabilidad recaiga en figuras como el subsecretario general Nain Qassem o Muhammad Yazbak, quien era el jefe de los servicios de inteligencia. A pesar de esto, Gutiérrez de Terán considera poco probable que Hezbolá nombre un nuevo líder de inmediato, ya que la prioridad del grupo actualmente es reestructurar los cargos intermedios, especialmente en la parte militar.
Este enfoque en fortalecer los cargos intermedios forma parte de una estrategia de precaución ante posibles infiltraciones de los servicios de inteligencia israelíes. Hezbolá busca proteger a sus dirigentes civiles y concentrarse en aspectos militares en medio de las turbulencias internas por la sucesión de liderazgo. Es importante destacar que la organización ha sido objeto de varios ataques por parte de Israel en las últimas semanas, lo que ha debilitado su estructura de poder.
El futuro del liderazgo de Hezbolá sigue siendo incierto, con la posibilidad de que se produzcan cambios significativos en la organización en las próximas semanas. A pesar de la pérdida de Safieddine, el movimiento islamista libanés sigue siendo una fuerza influyente en la región y continúa siendo un actor clave en el conflicto en Oriente Medio. Con la muerte de Nasralá y ahora de Safieddine, se esperan movimientos importantes dentro de Hezbolá en los próximos meses.