El video del perro mestizo escalando hasta la cima de la Pirámide de Kefrén en Egipto se volvió viral a mediados de octubre, atrayendo la atención de millones de internautas de todo el mundo. La mascota se llama Apollo y forma parte de una manada de nueve perros que viven en la cima de la pirámide bajo la protección de organizaciones sin fines de lucro como CARF. La madre de Apollo, Laika, es una de las docenas de animales callejeros que viven en la zona, y subió a la cima de la pirámide para dar a luz, convirtiéndose en su hogar desde entonces.
El cofundador de CARF, Ibrahim Elbendary, ha presenciado cómo los perros cazan pájaros en lo alto de la pirámide, acercándose sigilosamente antes de saltar para capturarlos. Los voluntarios de la asociación se encargan de mantener a los perros alimentados y sanos, además de liderar campañas de esterilización y vacunación. A pesar de los intentos de vacunar a Apollo, el perro siempre ha evitado las jeringas, corriendo directamente a la cima de la pirámide para escapar.
El trabajo con los perros callejeros ha tenido un impacto positivo en la vida de Elbendary, quien dejó su trabajo en el ejército de Egipto hace siete años. Al cuidar a los animales abandonados, sintió que estaba haciendo una diferencia en sus vidas y encontró una gran felicidad en su labor. Tanto Elbendary como otros miembros de la organización se sintieron emocionados al ver cómo el video de Apollo escalando la pirámide se compartió en todo el mundo, y esperan que este tipo de eventos generen apoyo para la protección de los perros en Egipto.
El video del perro en la cima de la Pirámide de Kefrén fue compartido por un turista que sobrevolaba en parapente y alcanzó una gran cantidad de visualizaciones. Aunque se encontraba bien y saludable cuando fue bajado de la pirámide, al día siguiente el creador de contenido Marshall Mosher intentó encontrar a Apollo sin éxito. La difusión del video atrajo la atención de personas de todas partes, generando interés y apoyo para la causa de protección de los perros callejeros en Egipto.
Los perros que viven en la cima de la pirámide, liderados por Apollo y su madre Laika, han encontrado un hogar y protección gracias a organizaciones como CARF. A pesar de vivir en un lugar tan inusual, estos perros son cuidados y alimentados por voluntarios que se dedican a su bienestar. El impacto positivo de esta labor en la vida de las personas involucradas, como Elbendary, demuestra la importancia de proteger y cuidar a los animales abandonados, y cómo una simple historia como la de Apollo puede cruzar fronteras y generar conciencia sobre la situación de los animales callejeros en países como Egipto.