El expresidente de Bolivia Evo Morales denunció que el vehículo en el que se trasladaba hacia la emisora donde conduce un programa de fin de semana recibió 14 disparos por parte de desconocidos que hirieron al chofer. La persecución se produjo entre Villa Tunari y Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba, cuando dos o tres camionetas seguían el coche de Morales. Afortunadamente, lograron evadir el ataque y salvaron sus vidas, aunque el vehículo resultó dañado y el chofer resultó herido. Un video filmado por una de las personas en el coche muestra parte del suceso, donde se puede escuchar a Morales intentando alertar sobre lo que estaba sucediendo.
Tras el incidente, Morales responsabilizó al Gobierno de Luis Arce por lo sucedido y afirmó que se ha cumplido un plan para intentar matarlo, después de que intentos anteriores de destrozarlo políticamente y procesarlo judicialmente fracasaran. Estos hechos se producen en medio de un bloqueo indefinido de caminos realizado por seguidores de Morales, quienes exigen que el Gobierno retire procesos judiciales en su contra por trata de personas y estupro, que consideran parte de una persecución política. También exigen soluciones para el encarecimiento de alimentos, la falta de dólares, la irregular provisión de combustibles y respeto al congreso del MAS que declaró a Morales como "candidato único" para las elecciones del próximo año.
La cancillería boliviana ha denunciado a la comunidad internacional que las protestas lideradas por Morales buscan interrumpir el orden democrático, lo que afecta la estabilidad en la región suramericana. En respuesta a esto, el presidente Luis Arce relevó el alto mando militar con la misión de preservar el orden interno del país y la democracia. Los seguidores de Morales han mantenido el bloqueo de caminos por dos semanas, exigiendo el fin de la persecución política contra el expresidente y medidas para resolver varios problemas económicos y políticos en el país.
El incidente en el que el vehículo de Evo Morales fue atacado con disparos se produce en un contexto de tensión política y social en Bolivia, donde se han intensificado las protestas y manifestaciones de los seguidores del expresidente. Morales ha denunciado en repetidas ocasiones que es víctima de persecución política por parte del Gobierno actual, liderado por Luis Arce. La violencia política en el país ha generado preocupación tanto a nivel interno como internacional, con llamados a respetar el estado de derecho y encontrar soluciones pacíficas a los conflictos.
El exmandatario boliviano ha destacado que a pesar del ataque, lograron evitar una tragedia y salvar sus vidas. Morales ha sido una figura polémica en la política boliviana, con seguidores leales y críticos acérrimos. La denuncia de un intento de asesinato en su contra ha generado conmoción en el país y en la región, aumentando la preocupación por la estabilidad y la seguridad en Bolivia. Mientras tanto, el Gobierno de Arce ha rechazado las acusaciones de persecución política y ha tomado medidas para contener la situación y preservar el orden democrático en el país.