En Santa Cruz, Bolivia, seguidores de Evo Morales se manifestaron exigiendo al Gobierno de Luis Arce que capture a los supuestos sicarios que atacaron al exmandatario en el Trópico de Cochabamba. El dirigente del MAS, Reynaldo Ezequiel, dio un plazo de 24 horas al ministro del Interior, Eduardo Del Castillo, para presentar a los responsables del atentado. Morales denunció que su vehículo recibió varios impactos de bala y que su chofer resultó herido en la cabeza.
En medio de consignas como "¡Evo, no estás solo!" y "Lucho, traidor", los seguidores de Morales expresaron su indignación por lo sucedido. Ezequiel advirtió que, en caso de que Del Castillo no presente a los asesinos, él y el Gobierno serán considerados como autores intelectuales del ataque. Por su parte, Del Castillo acusó a Morales de disparar a policías durante un control antidrogas.
Los manifestantes también expresaron su apoyo a Morales y repudiaron al presidente Arce, al que llamaron "traidor". La situación política en Bolivia se ha vuelto más tensa debido a este incidente, que ha provocado un enfrentamiento entre los seguidores de Morales y el Gobierno de Arce. La exigencia de justicia por parte de los seguidores de Morales pone a prueba la capacidad del Gobierno para mantener la estabilidad en el país.
La tensión política en Bolivia ha aumentado a raíz de este atentado contra Evo Morales, que ha generado una ola de protestas por parte de sus seguidores. La exigencia de captura de los responsables pone en peligro la estabilidad del país y la relación entre el Gobierno de Arce y los seguidores del exmandatario. La situación se vuelve cada vez más delicada y se espera una respuesta por parte de las autoridades para evitar una escalada de violencia.
El atentado contra Evo Morales ha generado un clima de tensión en Bolivia, con manifestaciones y enfrentamientos entre seguidores del exmandatario y el Gobierno de Luis Arce. La exigencia de justicia y la presión sobre el Gobierno para capturar a los responsables ponen en peligro la estabilidad del país y aumentan el riesgo de una crisis política. Es necesario encontrar una solución pacífica y dialogada para evitar que la situación se agrave y se genere un mayor conflicto en Bolivia.
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