Un informe publicado por la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití reveló que entre julio y septiembre de este año, al menos 1,223 personas perdieron la vida y 522 resultaron heridas debido a la violencia y la lucha contra las bandas en el país. Se destacó que entre las víctimas había 6 niños de solo 10 años y que otras 170 personas fueron secuestradas con fines de rescate. La mayoría de estos incidentes ocurrieron en el área metropolitana de Puerto Príncipe, seguida de Artibonite y Grand’Anse.
El informe también señaló la persistencia de denuncias de ejecuciones sumarias, en las que estarían involucradas unidades especializadas de la Policía Nacional de Haití. Además, se expresó preocupación por la violencia sexual perpetrada por las bandas contra mujeres y niñas, con varios casos de víctimas que fueron atacadas mientras caminaban o utilizaban transporte público. Algunas de estas mujeres fueron asesinadas después de ser violadas, lo que resalta la gravedad de la situación en el país caribeño.
La violencia en Haití continúa teniendo un impacto devastador en la población, especialmente en los niños. La Binuh informó que los niños representan una parte significativa de las víctimas, con casos de menores de apenas 10 años que perdieron la vida a causa de la violencia. Esta situación genera preocupación no solo por el presente, sino por el futuro de estos jóvenes haitianos que crecen en un entorno de extrema violencia y inseguridad.
Además de los ataques contra mujeres, niñas y niños, el informe también resaltó la preocupación por los secuestros como una forma de extorsión en el país. En este periodo, se registraron al menos 170 secuestros con el objetivo de obtener rescates. Esta situación refleja la debilidad de las autoridades en garantizar la seguridad de la población y el control sobre la actividad de las bandas criminales que siembran el terror en la sociedad haitiana.
La situación en Haití es alarmante, con un aumento de la violencia y la inseguridad que afecta a toda la población. La presencia de bandas criminales y la incapacidad del gobierno para contener sus acciones violentas generan un clima de temor y desesperación en el país. La comunidad internacional debe prestar atención a esta crisis humanitaria en Haití y brindar apoyo para proteger a los más vulnerables, especialmente a mujeres, niños y niñas que son las principales víctimas de esta violencia sin control.
Ante la grave situación en Haití, es fundamental que se tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad y el bienestar de la población. Es necesario fortalecer las instituciones y los mecanismos de seguridad para enfrentar la violencia y la criminalidad en el país. Además, se requiere un enfoque integral que aborde las causas subyacentes de la inseguridad en Haití, incluyendo la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades para la población. Solo mediante un esfuerzo coordinado y sostenido se podrá revertir la espiral de violencia y construir un futuro más seguro y próspero para el pueblo haitiano.