El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció un acuerdo de alto el fuego en el Líbano para poner fin a la violencia, asegurando que Israel se reserva el derecho a la legítima defensa si Hezbollah u otra parte rompe el acuerdo. Biden destacó que el acuerdo representa un nuevo comienzo para el Líbano y ayudará a conservar su soberanía, aunque dejó claro que no habrá despliegue de tropas estadounidenses en la región para evitar una mayor intervención militar.
Los bombardeos israelíes en Líbano han causado más de 3,500 muertes en un año y desplazado a 1.2 millones de personas. Israel ha perdido 78 personas, incluidos 47 civiles, y 60,000 personas han sido desplazadas por el fuego cruzado con Hezbollah. El acuerdo de alto el fuego establece que a partir de las 4 a.m. del miércoles se llevarán a cabo medidas de desarme en el sur del Líbano en un plazo de 60 días, con la retirada de tropas israelíes y el repliegue de Hezbollah al norte del río Litani.
Además, se establecerá un organismo internacional de supervisión encabezado por Estados Unidos y otros cuatro países (Reino Unido, Alemania, Francia y posiblemente un quinto país árabe) para garantizar el cumplimiento del alto el fuego. Israel tendrá libertad para retomar los ataques en caso de incumplimiento del acuerdo en tres situaciones específicas, como el rearme de Hezbollah, preparación de un ataque contra Israel o el retorno de milicianos proiraníes al sur del Líbano.
Tras los 60 días de desarme, Israel y Líbano negociarán la demarcación de la frontera entre ambos países, con la mediación de Amos Hochstein. Se busca establecer una frontera marítima y repartir los yacimientos de gas en aguas mediterráneas. Israel no tiene la intención de crear una zona de amortiguación en el sur del Líbano pero no devolverá a los prisioneros de Hezbollah capturados durante el conflicto. La presencia de tropas internacionales, como las francesas, y de la ONU será fundamental para supervisar el cumplimiento del acuerdo.
Hezbollah ha expresado su preocupación por el acuerdo, afirmando que garantizar la libertad de acción a Israel significa una violación de la soberanía libanesa. El líder de Hezbollah, Naim Qasem, ha declarado que el grupo solo aceptará un acuerdo que ponga fin de manera completa y exhaustiva a la guerra. Israel también presiona a Lebanon para supervisar la compra y fabricación de armas en el país y evitar que lleguen a Hezbollah a través de Irán y Siria.
En resumen, el acuerdo de alto el fuego en el Líbano, respaldado por Estados Unidos y otros países, busca poner fin a la violencia y establecer medidas de desarme en la región. Se establecerá un organismo internacional de supervisión para garantizar el cumplimiento del acuerdo, con la participación de diversas naciones. Tras los 60 días de desarme, Israel y Líbano negociarán la demarcación de la frontera y la distribución de los recursos marítimos, con la mediación de Amos Hochstein.