Más de 100 manifestantes fueron arrestados en Georgia durante la noche después de que el gobierno suspendiera las negociaciones para unirse a la Unión Europea. Esta decisión provocó protestas en varias ciudades importantes del país, incluyendo Tiflis y Batumi. Los manifestantes se enfrentaron a la policía, que utilizó cañones de agua para dispersar la multitud y ejerció fuerza excesiva contra los medios de comunicación.
La controversia se desencadenó después de la victoria del partido gobernante Sueño Georgiano en las elecciones parlamentarias, que muchos consideraron un referéndum sobre las aspiraciones de Georgia de unirse a la Unión Europea. La oposición acusó al gobierno de manipular la votación con la ayuda de Rusia, con el objetivo de mantener a Tiflis dentro de su órbita. La presidenta georgiana, Salome Zourabichvili, se unió a los manifestantes y acusó al gobierno de declarar la guerra a su propio pueblo.
La situación se tensó aún más cuando la policía antidisturbios utilizó fuerza excesiva contra los manifestantes y los medios de comunicación. La policía también utilizó altavoces para gritar insultos a la multitud, lo que aumentó la indignación de los manifestantes. La situación se volvió cada vez más violenta durante la segunda noche consecutiva de protestas en Georgia.
La policía siguió avanzando para dispersar a los manifestantes a lo largo de la avenida Rustaveli, el principal bulevar de Tiflis. La represión de la policía contra los manifestantes provocó la condena de la presidenta georgiana, quien instó a las autoridades a no usar la fuerza contra los manifestantes. La situación política en Georgia sigue siendo tensa, con la oposición boicoteando el Parlamento y las protestas que continúan en todo el país.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Georgia, instando al gobierno a respetar los derechos humanos y las libertades civiles de los ciudadanos. La Unión Europea ha manifestado su apoyo a las aspiraciones europeas de Georgia y ha condenado la represión de las protestas por parte de las autoridades. La situación en Georgia sigue siendo incierta, con manifestantes y autoridades en un enfrentamiento continuo.
Las protestas en Georgia han puesto de manifiesto las divisiones políticas y la insatisfacción de la ciudadanía con el gobierno. La decisión de suspender las negociaciones para unirse a la Unión Europea ha generado indignación entre la población, que ve esto como un obstáculo para el progreso del país. La situación política en Georgia sigue siendo volátil, con manifestantes exigiendo un cambio y el gobierno enfrentándose a una creciente oposición.