Las pandillas controlan la mayor parte del territorio que rodea el palacio en Puerto Príncipe, Haití, y un consejo de transición exige que sus miembros presten juramento en el palacio. Vehículos blindados y policías vigilan constantemente en busca de pandillas, ya que las balas pasan a diario por la zona, alcanzando edificios y personas. La ceremonia de juramento está programada para el miércoles, a pesar de las dificultades para imponer medidas de seguridad.
Algunos consideran que celebrar la ceremonia en el palacio es una forma de mostrar fortaleza y demostrar que el gobierno haitiano sigue funcionando, a pesar de los constantes ataques de las pandillas que han prometido frustrar la ceremonia. La inseguridad es palpable en la zona, como lo demuestra el testimonio de Josil Djaimeska, quien fue alcanzado por una bala perdida la semana pasada y aún espera ser operado. La violencia en Haití ha aumentado significativamente en los últimos meses, con más de 2,500 personas muertas o heridas en el primer trimestre del año.
En un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, María Isabel Salvador, enviada especial de la ONU para Haití, señaló la necesidad de un plan de seguridad a corto plazo debido a la intención de los líderes de pandillas de sabotear el proceso político actual de manera violenta. La situación en Puerto Príncipe es preocupante, con tiroteos diarios y un aumento significativo de la violencia, lo que pone en peligro la estabilidad y seguridad en el país.
El consejo de transición encargado de seleccionar un nuevo primer ministro y gabinete para Haití está decidido a llevar a cabo la ceremonia de juramento en el palacio, a pesar de las amenazas de las pandillas. Esta decisión puede interpretarse como un intento de demostrar que el gobierno haitiano sigue en pie a pesar de las dificultades. La presencia de vehículos blindados y policías en el lugar es una muestra de la tensión y la inseguridad que se vive en la zona.
La población haitiana enfrenta una situación de violencia y inestabilidad constante, con ataques de pandillas y tiroteos diarios que ponen en peligro la vida de los ciudadanos. La necesidad de un plan de seguridad a corto plazo es urgente para garantizar la protección de la población y el desarrollo de un proceso político estable en el país. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la situación en Haití y ha instado a tomar medidas para abordar la crisis actual.
A pesar de los desafíos y la violencia en Puerto Príncipe, el consejo de transición sigue adelante con sus planes y ha programado la ceremonia de juramento en el palacio. La determinación de mantener el proceso político en marcha a pesar de las amenazas de las pandillas refleja la voluntad de las autoridades haitianas de seguir adelante a pesar de las dificultades. La situación en Haití sigue siendo crítica, pero la esperanza de un futuro mejor sigue latente entre la población que anhela la paz y la estabilidad en su país.