Durante la Semana Mundial de la Inmunización, la especialista en enfermedades infecciosas, la doctora Lyssette Cardona, hace un llamado a la población para vacunarse contra el sarampión, debido a la presencia y alta propagación del virus en varios países. El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se transmite a través del aire cuando una persona infectada tose o estornuda, y puede causar complicaciones graves como neumonía, encefalitis y la muerte. La pandemia de COVID-19 ha contribuido al aumento de los casos, ya que muchos niños no se vacunaron y siguen siendo susceptibles al virus y otras enfermedades contagiosas.
El sarampión puede afectar a personas de cualquier edad que no hayan sido vacunadas o que no hayan padecido la enfermedad antes. Los niños menores de 5 años y los adultos mayores de 20 años tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por el sarampión, al igual que las personas no vacunadas, con sistemas inmunológicos debilitados, con VIH o bajo tratamiento de quimioterapia. Los síntomas principales incluyen fiebre, tos, secreción nasal, ojos rojos y llorosos, y erupción cutánea.
La prevención y vacunación son fundamentales para evitar el sarampión. Se recomienda administrar las dos dosis de la vacuna, la primera entre los 12-15 meses y la segunda entre los 4 y 6 años. En caso de que un adulto no haya recibido la vacuna en la infancia, se recomienda aplicarse al menos una dosis. Existen dos tipos de vacunas contra el sarampión: la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola) y la cuádruple vírica (sarampión, paperas, rubéola y varicela). La efectividad de las vacunas es del 97% después de dos dosis, aunque en raras ocasiones algunas personas pueden contraer la enfermedad a pesar de estar vacunadas.
No existe un tratamiento específico para el sarampión, pero se pueden tratar los síntomas como fiebre, tos y dolor de garganta con medicamentos. En algunos casos graves se sugiere el uso de suplementos de vitamina A para reducir la gravedad de la enfermedad y prevenir complicaciones. En situaciones graves, es posible que sea necesario hospitalizar al paciente para controlar los síntomas y evitar complicaciones. La doctora Cardona recomienda a los pacientes que presenten síntomas asistir al médico para un diagnóstico adecuado, seguir las indicaciones médicas, mantenerse aislados, descansar y evitar frotarse los ojos para prevenir la conjuntivitis.
Para prevenir la propagación del sarampión en la familia, es importante asegurarse de que todos estén vacunados, mantener una buena higiene personal y de los espacios de la casa, evitar el contacto cercano con personas infectadas y estar alerta ante cualquier síntoma. Es fundamental seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y los profesionales de la salud para controlar la propagación del sarampión y proteger a la población vulnerable. La vacunación es una medida efectiva y segura para prevenir esta enfermedad altamente contagiosa y sus posibles complicaciones graves.