Según la OCDE, el coste económico de los desastres naturales se ha más que duplicado desde la década de 1980, representando alrededor del 0,22% del PIB mundial en el periodo 2020-2021. En décadas anteriores, estos desastres apenas suponían un 0,08% del PIB. Se espera que esta tendencia continúe en los próximos años. La economista jefe de la organización, Clare Lombardelli, señaló que los países miembros necesitan crear un margen fiscal mayor para hacer frente a estos gastos crecientes, incluyendo los relacionados con el cambio climático.
El sucesor de Lombardelli, el exministro portugués Alvaro Pereira, mencionó que las necesidades de inversión para la transición energética tendrán que cuadruplicarse con respecto a la actualidad, llegando a más de cuatro billones de euros al año para 2030. La Agencia Internacional de la Energía estima que se necesitarán 4,5 billones de dólares anuales para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. Pereira destacó que el impacto de los desastres naturales no será uniforme en todo el mundo, y señaló que en España el cambio climático tendrá un fuerte impacto en términos de sequía y disponibilidad de agua.
La OCDE tiene previsto elaborar previsiones sobre el coste futuro de los desastres naturales en un futuro próximo. La organización busca concienciar a los países miembros sobre la importancia de crear margen fiscal para hacer frente a estos gastos crecientes derivados de la crisis climática. Lombardelli presentó estas cifras en el marco de la publicación del informe semestral de Perspectivas, donde se destaca la necesidad de tomar medidas urgentes para abordar estos desafíos.
Pereira señaló que el cambio climático está generando una serie de desafíos económicos a nivel global, que requieren inversiones significativas. En este sentido, son necesarias medidas para incrementar la resiliencia de las economías ante los desastres naturales y el cambio climático. Además, destacó la importancia de actuar de manera coordinada a nivel internacional para hacer frente a esta crisis global.
La OCDE subrayó la importancia de estar preparados para los desafíos futuros que plantea el cambio climático, y señaló la necesidad de tomar medidas para adaptarse y mitigar sus efectos. La organización también resaltó la importancia de invertir en la transición energética y en la reducción de emisiones para limitar el calentamiento global. En este sentido, se espera que la inversión necesaria para lograr estos objetivos siga creciendo en los próximos años, en un esfuerzo por construir una economía más sostenible y resiliente.