Una enorme serpiente boa constrictora fue capturada en un edificio en la calle 87 con la avenida Columbus, cerca del Alto Manhattan. El reptil fue visto intentando entrar por la ventana abierta de un apartamento en el primer piso del edificio. La Unidad de Servicios de Emergencia de la Policía acudió al lugar para atrapar al animal, lo que provocó que algunos inquilinos condenaran sus apartamentos y otros salieran corriendo de sus viviendas. Los vecinos estaban alarmados por la presencia de la serpiente, ya que sus hijos solían jugar en la parte trasera del edificio, lo que representaba un peligro.
Decenas de curiosos se reunieron en el lugar, mientras la policía inicialmente creía que se trataba de una pitón. Aún no se sabe cómo llegó la serpiente de unos 6 pies al edificio ni a quién pertenece. Algunos vecinos informaron haber perdido mascotas en los últimos meses sin dejar rastro. Las boas constrictoras son serpientes grandes y no venenosas, nativas de América Central y del Sur, así como de algunas islas del Caribe. Pueden llegar a medir hasta 12 pies de largo y su dieta incluye mamíferos y aves, como ardillas, ratones, iguanas, perros, gatos, conejos, monos y cerdos salvajes.
Estos reptiles pueden ejercer una gran presión con sus músculos, lo que hace que su presa muera en pocos minutos después de ser enrollada. Según un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania, las boas constrictoras son capaces de calcular el momento exacto en el que deben dejar de apretar a su presa mediante sofisticados mecanismos para detectar las señales físicas. Dejan de apretar justo en el momento en que el corazón de la presa deja de latir. La presencia de esta serpiente en un edificio residencial causó alarma entre los vecinos, especialmente aquellos con niños que solían jugar en el área.
El incidente en Nueva York obligó a la intervención de la policía para capturar a la serpiente boa constrictora que intentaba entrar por la ventana abierta de un apartamento. La presencia de este reptil en un edificio residencial causó preocupación entre los vecinos, quienes consideraron que representaba un peligro, especialmente para los niños que jugaban en la parte trasera del edificio. Aunque inicialmente se pensó que era una pitón, la serpiente resultó ser una boa constrictora de unos 6 pies de largo.
La boa constrictora es una serpiente grande y no venenosa, nativa de América Central y del Sur, así como de algunas islas del Caribe. Puede alimentarse de una variedad de mamíferos y aves, incluyendo ardillas, ratones, iguanas, perros, gatos, conejos, monos y cerdos salvajes. Las boas constrictoras son capaces de ejercer una gran presión con sus músculos, lo que hace que su presa muera en pocos minutos después de ser enrollada. Un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania reveló que estos reptiles son capaces de calcular el momento exacto en el que deben dejar de apretar a su presa, deteniéndose justo cuando cesa el latido del corazón.