El intento de golpe de Estado militar en Bolivia el pasado miércoles hace retroceder al país a mediados del siglo pasado, cuando en 1964 comenzaron una serie de asonadas castrenses únicas en cualquier otro lugar del mundo. El presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció un "golpe de Estado" por parte del ahora destituido comandante general del Ejército boliviano, Juan José Zúñiga. Los militares fuertemente armados se retiraron después de que el presidente boliviano cambiara a todo el alto mando militar. Desde entonces, Bolivia ha pasado por una serie de regímenes autoritarios y más de una treintena de golpes militares, con un promedio de un gobierno cada veinticinco meses desde su fundación como república en 1825.
A lo largo de sus 180 años de independencia, la historia de Bolivia ha estado marcada por dictaduras militares y civiles, triunviratos, juntas de gobierno, presidentes que no completaron sus mandatos y numerosos golpes de Estado. A pesar de esto, el ex presidente Carlos Mesa asegura en su libro "Presidentes de Bolivia, entre urnas y fusiles" que la cifra de casi 200 golpes de Estado citados es arbitraria, especificando que solo 23 de los 37 gobiernos de facto en Bolivia se debieron a golpes militares convencionales con el derrocamiento de un gobernante. Bolivia ha tenido presidentes que fueron depuestos, un caso inédito fue en 1930 cuando el presidente Hernando Siles dejó el cargo a su gabinete de ministros, un gobierno que duró solo 30 días y fue derrocado.
Bolivia ha vivido 97 años bajo mandatos militares, 82 de civiles y uno bajo juntas cívico-militares. En 2005, tras la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, asumió Eduardo Rodríguez la jefatura de Estado con el encargo de celebrar las elecciones generales ganadas por Evo Morales. En 2013, Morales logró optar a un tercer mandato tras una enmienda constitucional, pero la misma fue rechazada en referéndum en 2016. En 2018, el fallo de la CIJ en contra de la reclamación marítima de Bolivia a Chile representó un revés para Morales. Tras las elecciones de 2019 y las sospechas de fraude, Morales renunció y salió del país denunciando un golpe de Estado.
En 2019, Jeanine Áñez asumió la presidencia interina de Bolivia en medio de violencia y enfrentamientos. Las elecciones se pospusieron debido a la pandemia de COVID-19 y finalmente Luis Arce ganó en 2020 con el 55,1% de los votos. En 2021, el MAS perdió terreno en elecciones subnacionales y Áñez fue condenada a 10 años de cárcel por acciones durante su mandato. En 2023, Morales anunció su candidatura a las elecciones presidenciales de 2025, pero en 2024 el TCP de Bolivia anuló la figura de la reelección indefinida, lo que implicaría su inhabilitación como candidato. La división en el partido entre "evistas" y "arcistas" ha aumentado, marcando un período de incertidumbre política en Bolivia.