Un estudio realizado por investigadores del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona ha demostrado que durante el confinamiento por Covid-19, el estrés y los cambios en el estado emocional fueron los principales factores que causaron alteraciones en el ciclo menstrual de algunas mujeres, y no la infección por el virus en sí. Durante el confinamiento, las mujeres se vieron afectadas por la sobrecarga de responsabilidades en el hogar, la convivencia constante con la familia, el miedo a contagiar a sus seres queridos, la pérdida de empleo o la disminución de ingresos, entre otros factores estresantes.
El estudio se realizó mediante una encuesta online a mujeres menstruantes de entre 15 y 55 años en España que no contrajeron Covid-19. Se recopiló información sobre las actividades durante el confinamiento, el estado emocional, los cambios en el ciclo menstrual y su impacto en la calidad de vida. Se encontró que el 92.3% de las mujeres tuvo al menos una menstruación durante el confinamiento, mientras que el 7.7% experimentó amenorrea. La calidad de vida asociada a la menstruación empeoró en el 19% de las mujeres, lo que refleja el impacto negativo del confinamiento en su bienestar psicológico.
Durante el confinamiento, el 50.1% de las mujeres experimentó un empeoramiento en su calidad de vida global, mientras que el 49.8% vio disminuida su actividad sexual. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en los cambios menstruales en mujeres que no usaban anticonceptivos hormonales en relación con la duración y características del aislamiento, la exposición percibida al Covid-19 o la situación económica. Por otro lado, se observaron diferencias significativas en función de la intensidad de los cambios en el estado emocional debido a los estresores del confinamiento y su efecto en la regularidad y duración de la menstruación.
El estudio concluyó que el impacto del estrés y los cambios emocionales durante el confinamiento fueron los principales desencadenantes de las alteraciones en el ciclo menstrual de las mujeres, más que la infección por Covid-19 en sí misma. Estos hallazgos resaltan la importancia de abordar adecuadamente el bienestar psicológico de las personas durante situaciones de confinamiento prolongado, con el fin de prevenir consecuencias negativas en la salud menstrual de las mujeres. Además, se destaca la necesidad de ofrecer apoyo emocional y recursos para hacer frente a situaciones estresantes como la pandemia.
En resumen, el estudio demostró que el estrés y los cambios emocionales durante el confinamiento por Covid-19 tuvieron un impacto significativo en el ciclo menstrual de las mujeres, provocando alteraciones en la regularidad y duración de la menstruación. A pesar de que la infección por Covid-19 no fue el factor determinante, la sobrecarga de responsabilidades, el miedo al contagio y la incertidumbre laboral contribuyeron a empeorar la calidad de vida de las mujeres y afectaron su bienestar psicológico. Estos hallazgos subrayan la importancia de abordar el bienestar emocional durante situaciones de crisis para prevenir consecuencias negativas en la salud menstrual y en general de la población.