El regreso a clases de los estudiantes adolescentes este mes viene acompañado de un estrés que va más allá de la carga académica y la falta de tiempo con amigos. Los adolescentes se enfrentan a preocupaciones como virus, nuevas cepas de COVID, problemas de salud pública, cambio climático, economía, tiroteos masivos y otras situaciones que afectan su salud mental. Según Unicef, alrededor del 15% de los adolescentes en América Latina y el Caribe sufren algún trastorno mental, convirtiendo a la región en una de las que tiene tasas más altas en el mundo.
La adolescencia es una etapa estresante para muchos adolescentes, ya que están experimentando cambios físicos, emocionales y sociales. Los adolescentes se enfrentan a preguntas sobre su identidad, independencia y su papel en la sociedad. Los miedos y ansiedades sobre el mundo, la familia y su propia vida contribuyen a la salud mental de los estudiantes en la actualidad. El regreso a clases puede ser especialmente estresante, ya que la escuela es el escenario principal donde los adolescentes desarrollan amistades, habilidades deportivas, actividades extracurriculares y aprenden a desenvolverse en diferentes situaciones.
Los adolescentes se enfrentan a varios factores estresantes como la presión académica, sociales y familiares, así como cambios en las relaciones, acosos, presiones para el consumo de sustancias y problemas de salud pública. Los medios digitales y sociales también pueden ser un factor estresante para los adolescentes, aunque no son los únicos responsables. El estrés puede manifestarse a través de diferentes signos como mal humor, ansiedad, comportamiento desafiante, problemas para dormir, falta de motivación, entre otros.
Para manejar el estrés, los adolescentes pueden recurrir al activismo, establecer límites, cuidar su dieta, realizar ejercicio, meditar, practicar yoga y utilizar la terapia cognitiva conductual. Los padres también juegan un papel importante en ayudar a sus hijos a manejar el estrés, controlando su propia ansiedad, escuchando y validando los sentimientos de sus hijos, fomentando conversaciones y animándolos a expresarse a través de las artes creativas. También es importante apoyar a otros en la comunidad que puedan estar luchando y abogar por cambios en el sistema educativo y políticas escolares.
En resumen, el estrés en la adolescencia es una realidad que afecta a millones de jóvenes en América Latina y el Caribe. Los adolescentes se enfrentan a una variedad de preocupaciones relacionadas con la salud mental, la escuela, la familia y el mundo en general. Para manejar el estrés, es importante que los adolescentes y los padres busquen formas de autocuidado, establezcan límites saludables y se apoyen mutuamente en momentos de dificultad. Además, es fundamental abogar por cambios en el sistema educativo y políticas escolares para promover un entorno más saludable y menos estresante para los adolescentes.