En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el ganador no es necesariamente el candidato que obtiene la mayoría de los votos populares, ya que el presidente es elegido por un organismo llamado el Colegio Electoral. Este sistema consiste en que cada estado otorga todos sus votos electorales al candidato que gana en ese estado, lo que puede llevar a que un candidato gane la presidencia sin haber obtenido la mayoría a nivel nacional.
El Colegio Electoral está compuesto por un total de 538 votos, y para proclamarse ganador y convertirse en presidente, un candidato necesita obtener al menos 270 votos electorales. Cada estado tiene una cantidad específica de votos electorales, que varía de acuerdo con su población. California, por ejemplo, tiene la mayor cantidad con 54 votos, mientras que estados menos poblados como Wyoming y Alaska tienen tres votos.
A pesar de que en teoría los electores podrían votar por un candidato diferente al que ganó en su estado, en la práctica suelen votar por el candidato que obtuvo la mayoría de los votos. Si un elector vota en contra del candidato presidencial ganador en su estado, se le considera "infiel". En caso de empate en el Colegio Electoral, la Cámara de Representantes es la encargada de elegir al presidente, aunque esto ha ocurrido solo una vez en la historia.
El sistema del Colegio Electoral fue creado en la Constitución de Estados Unidos en 1787, cuando una votación nacional era difícil de llevar a cabo por el tamaño del país y la falta de comunicación. Además, fue una forma de dar influencia a los estados del sur, donde los esclavos no podían votar pero eran contados como parte de la población. Entre las ventajas del sistema están la importancia de los estados más pequeños, la focalización de los candidatos en estados clave y la facilidad de los recuentos, aunque también hay desventajas como la posibilidad de que el ganador del voto popular pierda la elección.
Los "estados péndulo" son aquellos que no votan siempre por el mismo partido y por lo tanto son decisivos en las elecciones presidenciales. En 2024, estos estados clave incluyen Arizona, Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin. Además, el término de "electores falsos" se ha popularizado en 2020, cuando republicanos pro-Trump crearon sus propios electores en un intento de anular los resultados de las elecciones. Algunos de los involucrados han enfrentado procesos judiciales y las investigaciones siguen en curso.