El exembajador de EE.UU., Víctor Manuel Rocha, fue sentenciado a 15 años de cárcel en una corte federal de Miami por cargos relacionados con espionaje para Cuba durante 40 años. Rocha se declaró culpable de actuar como agente ilegal de un Gobierno extranjero y de conspiración en este delito, así como de defraudar a Estados Unidos. Admitió haber apoyado secretamente a Cuba y su misión clandestina de recopilación de inteligencia contra los Estados Unidos desde 1973 hasta su arresto en diciembre pasado.
Durante la audiencia en la corte, una decena de manifestantes del exilio se agolpaban para pedir una condena máxima para Rocha. La jueza determinó una sentencia de 15 años de cárcel y una multa de medio millón de dólares. Además, Rocha debe cooperar con los Estados Unidos, renunciar a todos los beneficios de jubilación futuros y ceder cualquier ganancia relacionada con su conducta delictiva o su servicio diplomático al país. El fiscal David Newman calificó la traición de Rocha como una "asombrosa traición al pueblo estadounidense".
Durante la jornada en la corte, la jueza recibió peticiones del exilio, incluyendo la de la viuda y la hija del fallecido líder opositor cubano Oswaldo Payá. Expresaron su preocupación por los términos del acuerdo de declaración de culpabilidad entre Rocha y el Gobierno de EE.UU., el cual fue enmendado durante la audiencia. Esta sentencia pone fin a un largo periodo de actividad clandestina de espionaje para Cuba por parte de Rocha, que ocupó altos cargos en varios países latinoamericanos.
La Fiscalía de EE.UU. informó que Rocha también estaba acusado de una docena de cargos más relacionados con fraude y falsificación de documentos. Al declararse culpable, Rocha admitió su papel como agente encubierto de Cuba y su apoyo a la misión de recopilación de inteligencia contra los Estados Unidos. La sentencia de 15 años es acompañada de una multa monetaria y la obligación de renunciar a beneficios de jubilación futuros, así como ceder ganancias relacionadas con su actividad delictiva o su servicio diplomático.
Durante la audiencia, la jueza recibió peticiones de diversos sectores, incluyendo el exilio cubano y la familia del fallecido líder opositor Oswaldo Payá. El caso de Rocha ha generado gran interés en la comunidad internacional, y la sentencia de 15 años pone fin a una larga carrera de espionaje para Cuba por parte del exembajador. Este caso plantea interrogantes sobre la seguridad nacional y la protección de la información confidencial por parte de altos funcionarios gubernamentales.
En resumen, la sentencia de 15 años de cárcel impuesta al exembajador Víctor Manuel Rocha por cargos de espionaje para Cuba pone fin a una carrera de 40 años de actividad clandestina. Rocha se declaró culpable de actuar como agente ilegal de un Gobierno extranjero y de conspiración en este delito, así como de defraudar a Estados Unidos. La sentencia incluye una multa monetaria y la obligación de renunciar a beneficios de jubilación futuros, así como ceder ganancias relacionadas con su actividad delictiva o su servicio diplomático.