En febrero del 2024 se publicó el libro "Un cerebro lleno de palabras" de María del Carmen (Mamen) Horno Chéliz, que ha tenido gran éxito con cuatro ediciones en tan solo cuatro meses. La autora, doctora en filología hispánica y vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, aborda temas como el almacenamiento y la pérdida de palabras, la importancia de tener un amplio léxico, las ventajas de la ambigüedad léxica y las limitaciones del cerebro para el pensamiento abstracto.
En una entrevista sobre su conferencia titulada 'Un cerebro lleno de palabras', la autora explica que las palabras no se almacenan como en una "caja de caudales" en el cerebro, sino que son conexiones neuronales. Recordar un evento implica reproducir las conexiones neuronales necesarias y traer palabras a la consciencia implica activar redes neuronales que las recrean. Además, las palabras se organizan en redes neuronales entre sí, lo que permite que palabras relacionadas acudan a la mente al escuchar o pronunciar una de ellas.
A pesar de la mala fama que tiene la ambigüedad léxica por complicar la interpretación de mensajes, la autora destaca la eficiencia de las palabras ambiguas por pertenecer a distintas redes y establecer relaciones entre ellas. Estas palabras actúan como puertas para pasar de una red a otra más rápidamente, lo que facilita la conexión entre conceptos. Además, las palabras ambiguas presentan ventajas en cuanto a la rapidez con la que acuden a la consciencia, ya que tienen múltiples vías de acceso en el cerebro.
La autora también resalta cómo el proceso de asociación de palabras con situaciones físicas específicas es fundamental para entender su significado. La pronunciación o comprensión de una palabra activa redes neuronales vinculadas a su significado, lo que genera una conexión entre el lenguaje y la experiencia física. Asimismo, se destaca la incapacidad de los seres humanos para pensar en abstracto, lo que nos lleva a traducir conceptos abstractos a experiencias más corporales para comprenderlos.
Horno Chéliz señala la importancia de tener un lexicón amplio y enriquecido constantemente, ya que una red léxica densa tiene múltiples beneficios. Un léxico extenso nos permite pensar de manera más sutil y certera, mejorar nuestra capacidad de comunicación y conservar mejor nuestro vocabulario ante procesos neurodegenerativos. En general, tener un amplio léxico nos ayuda a ser ciudadanos más reflexivos, comunicar de forma efectiva y afrontar de manera más resiliente el envejecimiento y la enfermedad.