Una investigación realizada por CNN y el Centro para la Resiliencia Informativa (CIR) reveló que 17 cuentas en una red social utilizaban fotos robadas y manipuladas de influencers europeas para promover contenido pro-Trump en internet. Estas cuentas formaban parte de un total de 56 perfiles identificados como parte de una campaña coordinada, aunque no se encontraron pruebas de que la campaña de Trump estuviera involucrada en ello.
Las cuentas en cuestión utilizaban nombres femeninos comunes y compartían rasgos similares, como la ubicación en Estados Unidos y la inclusión de lemas de Trump en sus publicaciones. Además, muchas de ellas tenían una marca azul de verificación, lo que indicaba que los controles de autenticidad habían fallado. Entre las afectadas se encontraban influencers de moda y belleza de Dinamarca, Alemania y Rusia.
Uno de los casos más destacados fue el de una influencer alemana de 32 años, Debbie Nederlof, quien se mostró sorprendida y desconcertada al descubrir que su imagen estaba siendo utilizada para promover a Trump en Estados Unidos. Aunque no está claro cuál era la intención detrás de estas cuentas falsas, se resaltó la amenaza que representa el engaño digital y el uso indebido de la imagen de influencers europeas para impulsar contenido político en otro país.
Como parte de la investigación, CNN se puso en contacto con la red social en la que se encontraban las cuentas falsas para informarles del descubrimiento, pero no recibió respuesta inmediata. Sin embargo, muchas de las cuentas fueron suspendidas posteriormente. Ante la proximidad de las elecciones estadounidenses, se resaltó la importancia de mantener una vigilancia en línea más estricta y de que las plataformas de redes sociales intensifiquen sus esfuerzos para detectar y eliminar cuentas no auténticas.
El CIR enfatizó la necesidad de una colaboración entre empresas de tecnología, agencias gubernamentales y la sociedad civil para combatir eficazmente estas campañas engañosas en línea. A medida que la tecnología avanza, es fundamental que se tomen medidas para proteger la autenticidad en las redes sociales y evitar la manipulación de la información con fines políticos. En este sentido, la cooperación internacional y la responsabilidad individual de los usuarios juegan un papel crucial en la lucha contra la desinformación.