Un estudio publicado en la revista Nature liderado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte ha descubierto la estructura de la proteína del receptor del sabor amargo TAS2R14 y cómo funciona. Este hallazgo es importante para el desarrollo de fármacos que puedan regular directamente los receptores gustativos, con potencial para tratar enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes.
TAS2R4 pertenece a la familia de receptores del sabor amargo acoplados a proteínas G y puede identificar más de cien sustancias de sabor amargo. Cuando los saborizantes amargos entran en contacto con los receptores TAS2R14, se encajan en un punto específico del receptor, activando la proteína G y desencadenando una serie de reacciones bioquímicas en la célula receptora del gusto que envían señales al cerebro para percibir la amargura.
El estudio reveló que el colesterol también juega un papel en la activación de TAS2R14, residirá en un sitio de unión diferente al de las sustancias amargas y ayudará al receptor a mantenerse en un estado semiactivo para ser activado fácilmente por los sabores amargos. Esta característica única del receptor podría ser fundamental para el desarrollo de fármacos que regulen directamente las proteínas G a través de los sitios alostéricos.
La región de unión alostérica entre TAS2R14 y su proteína G acoplada, conocida como proteína G alfa, es crucial para la formación de un complejo de señalización que transfiere las señales del receptor del gusto a las células receptoras del gusto. La estructura descubierta en este estudio será clave para el desarrollo de fármacos candidatos que regulen directamente las proteínas G a través de los sitios alostéricos, ofreciendo nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades metabólicas.
Los receptores del gusto en la lengua permiten a los seres humanos percibir cinco sabores diferentes- ácido, dulce, umami, amargo y salado. Además de permitirnos disfrutar de los alimentos, estos sabores nos ayudan a determinar la composición química de los alimentos y a evitar la ingesta de sustancias tóxicas. La investigación sobre cómo percibimos los sabores es fundamental para comprender mejor el funcionamiento del sistema gustativo y explorar nuevas posibilidades terapéuticas.
Los avances en la comprensión de la estructura y el funcionamiento de los receptores gustativos, como el descrito en este estudio, tienen implicaciones importantes en el ámbito de la salud, ya que podrían abrir nuevas vías para el desarrollo de fármacos dirigidos a los receptores gustativos para el tratamiento de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes. Además, este tipo de investigaciones contribuyen a ampliar nuestro conocimiento sobre cómo percibimos y disfrutamos de los sabores, un aspecto fundamental de la experiencia humana.