Un equipo internacional liderado por el Instituto Andaluz de Astrofísica ha descubierto un planeta extraordinariamente ligero en órbita alrededor de una estrella distante de la Vía Láctea que es un 50% más grande que Júpiter, pero con una densidad 25 veces menor. Denominado WASP-193b, es el segundo planeta más ligero descubierto hasta la fecha, solo superado por Kepler 51d. Este descubrimiento desafía el entendimiento sobre la formación de planetas gigantes y ultraligeros. Según los investigadores, se trata de un caso extremo de planetas Júpiter 'hinchados' o 'esponjosos', que son un misterio en la astrofísica desde hace 15 años.
El planeta fue descubierto por la colaboración internacional WASP, que opera dos observatorios robóticos en ambos hemisferios. WASP-193b fue detectado a partir de observaciones entre 2006 y 2008, y luego entre 2011 y 2012, cuando el observatorio WAPS-Sur observó disminuciones periódicas en el brillo de WASP-193, una estrella similar al Sol situada a unos 1.200 años luz de la Tierra. Para calcular la masa y densidad del planeta, así como su posible composición, se utilizó el método de las velocidades radiales, analizando las oscilaciones en el movimiento de la estrella debido a la atracción del planeta que orbita a su alrededor.
El equipo descubrió que WASP-193b tiene una masa aproximada de 0,14 veces la de Júpiter y una densidad de 0,059 gramos por centímetro cúbico, similar a la del algodón de azúcar. Este planeta es tan ligero que apenas ejerce una atracción detectable sobre su estrella. Según los investigadores, es posible que WASP-193b tenga una atmósfera predominantemente compuesta de hidrógeno y helio, con una extensión varias veces mayor que la atmósfera de Júpiter, desafiando los modelos actuales de formación planetaria. El planeta es básicamente súper esponjoso, similar al algodón de azúcar, y desafía todas las teorías actuales de formación planetaria.
Los investigadores señalan que WASP-193b es un candidato ideal para ser estudiado por el telescopio espacial James Webb, con el objetivo de comprender cómo puede formarse un planeta tan liviano como el algodón de azúcar. Se necesitan observaciones detalladas de su atmósfera para poder entender su evolución y desafiar el estado actual de la astrofísica. Este descubrimiento amplía nuestro conocimiento sobre la diversidad de planetas y desafía las teorías existentes sobre su formación, abriendo la puerta a investigaciones futuras sobre planetas gigantes y ultraligeros en el universo.