Cada 12 de junio, la Organización Internacional del Trabajo conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Este año, se celebra el 25 aniversario de la adopción del Convenio núm. 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil, que en 2020 se convirtió en el primer Convenio de la OIT ratificado universalmente. Se hace un llamamiento a todos los Estados miembros que aún no lo han ratificado a hacerlo, y se recuerda la importancia de mejorar la aplicación de los Convenios núm. 182 y núm. 138 sobre el trabajo infantil. A pesar del progreso logrado en la reducción del trabajo infantil, es necesario redoblar los esfuerzos para acabar con esta problemática en todas sus formas.
La comunidad internacional se ha comprometido a eliminar todas las formas de trabajo infantil para 2025, con la adopción de la Meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Los gobiernos de todo el mundo han ratificado los Convenios de la OIT sobre el trabajo infantil y se han comprometido a aplicarlos. El Llamamiento a la Acción de Durban, adoptado al término de la 5ª Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil en 2022, marca el camino a seguir para lograr este objetivo. Es fundamental llevar a cabo acciones concretas y efectivas para hacer realidad la erradicación del trabajo infantil.
Aunque se han logrado avances en la reducción del trabajo infantil a lo largo de los años, en los últimos tiempos se han observado tendencias regresivas a nivel mundial. Por ello, es más importante que nunca unir fuerzas y acelerar la acción para poner fin al trabajo infantil en todas sus formas. Es necesario que todos los actores involucrados, incluidos los gobiernos, las empresas, los sindicatos y la sociedad en su conjunto, trabajen juntos para proteger los derechos de los niños y garantizarles un ambiente seguro y digno.
El Día Mundial contra el Trabajo Infantil es una oportunidad para sensibilizar sobre esta problemática y recordar la importancia de respetar los derechos de los niños. Ratificar y aplicar los Convenios de la OIT, así como cumplir con los compromisos internacionales asumidos, es fundamental para avanzar en la erradicación del trabajo infantil. Se deben implementar políticas y programas eficaces que promuevan la educación, la protección social y el acceso a oportunidades laborales decentes para las familias, contribuyendo así a prevenir y combatir el trabajo infantil.
Es responsabilidad de todos trabajar juntos para poner fin al trabajo infantil y garantizar un futuro mejor para los niños y niñas de todo el mundo. Alcanzar la meta de eliminar todas las formas de trabajo infantil para 2025 requiere un compromiso firme y acciones concretas a nivel local, nacional e internacional. Es necesario invertir en políticas y programas que protejan a los niños, promuevan su educación y les brinden oportunidades de desarrollo, construyendo así un mundo más justo y equitativo para las generaciones futuras.