El asma es una enfermedad crónica inflamatoria de los bronquios que afecta a más de 260 millones de personas en todo el mundo. Cada 7 de mayo se celebra el Día Mundial del Asma para concientizar sobre esta patología respiratoria, impulsado por la Global Initiative for Asthma (GINA). Este año, la temática es "la educación sobre el asma empodera", enfatizando la importancia de buscar atención médica a tiempo. En América Latina, el asma representa una gran preocupación de salud pública y una carga económica significativa, siendo responsable de más de 450,000 muertes anuales a nivel mundial.
En Argentina, el asma es el trastorno inflamatorio crónico que más recursos económicos consume dentro de la población pediátrica. A pesar de los avances terapéuticos, se registran más de 15,000 casos de hospitalizaciones por crisis asmáticas anuales en el país. La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria destaca la importancia de una mayor educación, visibilización y control de la enfermedad, ya que 4 millones de personas viven con asma en Argentina y aproximadamente el 60% de los niños asmáticos tienen ausentismo escolar.
Los síntomas del asma incluyen falta de aire, dolor u opresión en el pecho, tos persistente y silbidos al respirar. Aunque los síntomas pueden aliviarse evitando los factores desencadenantes y utilizando medicamentos por vía inhalatoria, la variabilidad de los síntomas y los periodos asintomáticos pueden llevar a los pacientes a abandonar el tratamiento, lo que es contraproducente para el manejo de la enfermedad. La educación y el control de condiciones coexistentes son esenciales para mejorar el control del asma.
Aunque aún no se conoce el origen preciso del asma, se sabe que factores ambientales y genéticos, como la exposición a alérgenos, humos, contaminación ambiental e infecciones virales en la infancia, pueden predisponer al desarrollo de la enfermedad. El asma se asocia en más del 80% de los casos a factores alérgicos e infecciones virales, lo que destaca la importancia de un enfoque integral que aborde tanto los desencadenantes ambientales como los factores de riesgo personales. El tratamiento adecuado y continuo, que puede incluir el uso de corticosteroides inhalados y broncodilatadores, es esencial para controlar eficazmente el asma y garantizar una buena calidad de vida a los pacientes.
El doctor Manuel Ibarrola, de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, destaca la importancia de un enfoque personalizado en el tratamiento del asma, ya que no todas las personas reciben el mismo tratamiento. Es crucial que los pacientes conozcan las características de su enfermedad y puedan reconocer los síntomas de empeoramiento para actuar rápidamente en su manejo. A pesar de los avances en el tratamiento del asma, aún hay pacientes que no logran controlar adecuadamente la enfermedad. La consulta médica y el conocimiento por parte del paciente sobre su enfermedad son fundamentales para garantizar un manejo efectivo del asma y una buena calidad de vida para los pacientes.