Francisco Alberto López Reyes, un dominicano, es acusado junto con otros 17 individuos de formar parte de una red que fabricaba y distribuía medicamentos falsificados en línea en Estados Unidos. Se alega que López Reyes lideraba este entramado que vendía pastillas de fentanilo y metanfetamina a miles de personas en todo el país, causando lesiones y muertes. Al menos nueve personas murieron por intoxicación con narcóticos, incluyendo a un veterano del ejército de 45 años que creía que estaba comprando oxicodona legítima.
El fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, Damian Williams, ha destacado la importancia de combatir la proliferación de farmacias falsas en línea que están contribuyendo a la epidemia de fentanilo en el país. López Reyes y sus cómplices dirigieron una red de sitios web que fabricaban y distribuían millones de píldoras de fentanilo letales, haciéndolas pasar por medicamentos recetados legítimos. Las víctimas provienen de diferentes lugares y edades en Estados Unidos, así como de Alemania y Eslovenia.
Las autoridades encargadas del caso, como los fiscales del Distrito Sur de Nueva York, la Administración de Control de Drogas (DEA), Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos, han trabajado incansablemente para llevar ante la justicia a los responsables de esta red. Se destaca el compromiso de estas instituciones para combatir la proliferación de productos farmacéuticos falsificados y proteger a la población de los peligros asociados con la distribución de medicamentos falsos con sustancias mortales como el fentanilo.
La directora ejecutiva asociada de HSI, Katrina W. Berger, recalca el peligro que representan los productos farmacéuticos falsificados para la salud pública y la importancia de detener a aquellos que se benefician de este tipo de comercio ilegal. Por su parte, la administradora de la DEA, Anne Milgram, señala que los acusados operaban una red sofisticada de farmacias falsas en línea y fábricas de pastillas en varios países, vendiendo millones de píldoras falsas peligrosas a víctimas desprevenidas en todo Estados Unidos.
Agentes especiales como William S. Walker de HSI y Frank A. Tarentino III de la DEA han estado trabajando arduamente para interceptar narcóticos como el fentanilo y desmantelar laboratorios clandestinos que operan ilegalmente. Se han descubierto estrategias utilizadas por traficantes de drogas para explotar los sistemas de paquetería y promover sus actividades ilegales. La DEA se enfoca en salvar vidas al desmantelar estas redes criminales y evitar que el fentanilo llegue a más víctimas en el país.
El inspector a cargo del Servicio Postal de los Estados Unidos, Daniel B. Brubaker, destaca la importancia de colaborar con las fuerzas del orden en casos como este para interrumpir y desmantelar redes ilegales de distribución de narcóticos. Se ha hecho hincapié en la protección de las víctimas inocentes que necesitan medicamentos legítimos y en la seguridad de los empleados postales y del público en general. Todos los involucrados en el caso están comprometidos en combatir la distribución ilegal de narcóticos y en preservar la integridad del correo postal en Estados Unidos.