El debate presidencial entre Joe Biden y Donald Trump el 27 de junio tuvo una gran repercusión en las elecciones, ya que la actuación de Biden fue desastrosa, lo que llevó a su propio partido a presionarlo para que abandonara la carrera. Kamala Harris reemplazó a Biden como candidata demócrata, y desde entonces la carrera se ha estrechado. El próximo debate presidencial entre Harris y Trump el 10 de septiembre promete ser un evento decisivo en la campaña electoral.
Los debates presidenciales entre candidatos han cobrado gran importancia desde 1960, cuando John Kennedy y Richard Nixon se enfrentaron en televisión. A lo largo de los años, se ha visto cómo los debates pueden cambiar la dinámica de una campaña política, con buenas actuaciones que pueden afectar positivamente la percepción de los candidatos. Sin embargo, también se ha observado que las meteduras de pata pueden dominar la conversación política y afectar negativamente a los candidatos, como ocurrió en 1976 con Gerald Ford.
A pesar de la importancia otorgada a los debates presidenciales, los politólogos se muestran escépticos sobre su verdadero efecto en las elecciones. Estudios realizados desde 1960 hasta 2008 sugieren que los debates no suelen marcar una gran diferencia en las encuestas. A pesar de ello, los debates de 2020 entre Trump y Biden se destacaron por ser más confrontacionales que informativos, con insultos y descalificaciones que marcaron el tono de los enfrentamientos.
En el caso de las elecciones actuales, en las que Kamala Harris asumió la candidatura del Partido Demócrata de manera tardía, los debates adquieren una relevancia especial. Muchos estadounidenses aún están conociendo a Harris y su trayectoria política, por lo que estos debates pueden ser decisivos para su percepción como candidata. Los votantes parecen estar respondiendo positivamente a Harris, cuya tasa de favorabilidad ha mejorado desde que se convirtió en candidata, y su experiencia como fiscal y senadora la posicionan como una contendiente fuerte.
Es común que los debates presidenciales no marquen una gran diferencia en las elecciones, ya que muchos votantes ya han tomado una decisión y los candidatos han estado haciendo campaña durante meses. En esta ocasión, la carrera entre Harris y Trump está muy reñida, por lo que el próximo debate podría ser crucial para ganarse a más estadounidenses. Harris ha demostrado habilidad como polemista en debates anteriores, por lo que se espera que pueda enfrentarse a Trump de manera efectiva y persuadir a más votantes de su candidatura.
En resumen, el próximo debate presidencial entre Kamala Harris y Donald Trump se presenta como un momento crucial en estas elecciones, en las que la carrera está muy ajustada. Harris ha logrado mejorar su imagen ante los votantes y demostrar su capacidad como contendiente, por lo que se espera que pueda enfrentarse a Trump de manera efectiva y ganarse a más estadounidenses durante el debate. La importancia de los debates presidenciales en la percepción de los candidatos y la dinámica de la campaña electoral será un factor determinante en el desenlace de estas elecciones.