La sanidad del futuro será un ecosistema interconectado y personalizado, donde la tecnología avanzada y la medicina de precisión se unirán para proporcionar una atención sanitaria más efectiva y eficiente. Según Eneko Sainz-Ezquerra, especialista en cuidado de la salud de la consultora tecnológica Stratesys, los avances genéticos permitirán tratamientos innovadores que podrían erradicar enfermedades mortales, la telemedicina y el monitoreo remoto optimizarán la gestión de las dolencias crónicas, y la posibilidad de revertir el envejecimiento celular abrirá las puertas a alargar la longevidad. Gracias a las herramientas tecnológicas, los hospitales podrán mejorar el manejo de las enfermedades mentales utilizando la psiquiatría a distancia y plataformas digitales de apoyo al paciente, extendiéndose además al hogar, administrando servicios sanitarios de manera remota y personalizada.
La robotización, la digitalización, la inteligencia artificial, la interconexión inalámbrica y las comunicaciones a distancia, junto con las nuevas terapias basadas en la modificación genética y celular, transformarán de manera radical las distintas etapas de la atención médica a los pacientes. Según Stratesys, los hospitales del futuro experimentarán transformaciones radicales impulsadas por avances tecnológicos que cambiarán significativamente nuestras vidas. A pesar de promover un sistema sanitario más eficiente, este sector deberá superar desafíos como la escasez de profesionales, la integración de servicios de salud mental más robustos y accesibles, y la formación de personal capacitado para manejar las nuevas tecnologías médicas.
En cuanto a los factores que marcarán la transformación del sector sanitario en las próximas décadas, Stratesys destaca la importancia de los hospitales inteligentes y digitalizados. Estos centros médicos del futuro serán entornos altamente digitalizados, donde la inteligencia artificial y la robotización, junto con la Internet de las Cosas, jugarán roles cruciales. La gestión hospitalaria se automatizará para optimizar la eficiencia operativa y reducir costes, la inteligencia artificial se utilizará para analizar grandes volúmenes de datos clínicos y las tecnologías IoT integrarán dispositivos médicos conectados, facilitando el monitoreo continuo y remoto de pacientes.
La medicina del futuro se enfocará en ofrecer tratamientos específicos basados en las características genéticas de cada paciente, según Eneko Sainz-Ezquerra. La secuenciación del genoma humano y la medicina de precisión permitirán identificar las susceptibilidades genéticas a determinadas enfermedades en cada paciente y personalizar los tratamientos según dichas vulnerabilidades. Los avances genéticos permitirán tratamientos innovadores, como la modificación precisa del ADN para corregir mutaciones responsables de enfermedades hereditarias, e incluso eliminar dolencias mortales, como ciertos tipos de cáncer. Estas intervenciones basadas en la secuenciación del ADN humano ya se están aplicando en distintas etapas del proceso de atención médica de enfermedades como el cáncer de pulmón y la artritis reumatoide.
En relación con la gestión remota de enfermedades crónicas, Stratesys señala que la telemedicina y la gestión remota permitirán a los pacientes realizar gestiones desde la comodidad de sus hogares, reduciendo la necesidad de visitas frecuentes al hospital, especialmente para aquellos que viven en núcleos urbanos alejados de las grandes ciudades. Además, la medicina asistida por inteligencia artificial será una realidad en los entornos hospitalarios del futuro, con la aplicación a gran escala de algoritmos de IA y Aprendizaje Automático que pueden analizar con precisión diversas pruebas médicas para detectar enfermedades como arritmias cardíacas, tumores malignos e incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. Los sistemas de IA también estarán presentes en diversos dispositivos y aplicaciones móviles que facilitarán el seguimiento a distancia de la salud y síntomas de pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, el asma y la EPOC.