El Día del Padre en República Dominicana se celebra cada último domingo de julio, honrando a todas las figuras paternas que desempeñan un papel fundamental en la vida de los hijos: padrastros, padres adoptivos, tíos, abuelos o padrinos. Tener una figura paterna es crucial para el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños, ya que los que carecen de este modelo protector tienden a desarrollar traumas y problemas emocionales en el futuro.
Una investigación realizada por la Integración Académica en Psicología muestra que los niños que viven con sus padres tienen un mejor estilo de vida y un desarrollo emocional más saludable. Los hijos de padres amorosos y comprometidos suelen tener un coeficiente intelectual más alto, mejores habilidades lingüísticas y verbales, lo que se refleja en su adolescencia y edad adulta.
Los padres son una figura clave en la vida de sus hijos, ya que son un modelo a seguir desde una edad temprana. Los comportamientos, valores y actitudes que los padres transmiten influyen directamente en la personalidad que un niño desarrolla. Un padre amoroso y responsable cría niños sanos y seguros emocionalmente, mientras que uno ausente puede generar vacíos emocionales y problemas en las relaciones futuras de sus hijos.
La figura paterna también brinda apoyo emocional y afectivo a sus hijos, siendo un refugio emocional en momentos de tristeza, miedo o inseguridad. Un padre que escucha activamente, muestra empatía y afecto, contribuye significativamente en la formación de la personalidad de un niño. Además, los padres transmiten valores, creencias y normas a sus hijos, inculcando principios como honestidad, respeto y responsabilidad, lo que contribuye a la formación de la ética y moral de los niños.
Los estudios realizados por la Integración Académica en Psicología muestran que los niños con padres presentes tienden a desarrollar hábitos comunicacionales y sociales más saludables que el promedio. Desde la edad escolar, estos niños suelen mostrar mayor positivismo, sacar mejores calificaciones y tienen menos riesgo de desarrollar problemas de conducta en la adolescencia. La figura paterna también influye en la construcción de la identidad de género de los hijos, ya que aprenden sobre roles masculinos y femeninos a través de la relación con su padre.