Un juez decidió aplazar hasta enero su decisión sobre si volver a condenar a Erik y Lyle Menéndez por matar a sus padres en su mansión de Beverly Hills hace 35 años, lo que aplaza la esperanza de liberar a los hermanos para pasar las fiestas en casa. El juez Michael Jesic dijo que necesitaba tiempo para revisar 17 cajas de documentos y para que un nuevo fiscal de distrito ponderara el caso. La vista se aplazó al 30 de enero en lugar de la fecha prevista inicialmente.
Los hermanos fueron declarados culpables del asesinato de sus padres en 1989 y condenados a cadena perpetua sin libertad condicional. A pesar de que sus abogados argumentaron abusos sexuales por parte de su padre, los fiscales lo negaron y los acusaron de matar por dinero. Ahora, a sus 53 y 56 años, los hermanos esperan obtener la libertad. Sus abogados han presentado una petición de hábeas corpus en la que piden a un juez considerar nuevas pruebas de abusos sexuales por parte de su padre.
Las tías de los hermanos, de 93 y 85 años, pidieron su liberación en la audiencia, argumentando que ya es mucho tiempo tras haber sufrido abusos en su infancia. A pesar de esto, no todos los miembros de la familia están de acuerdo con una nueva condena. Por ejemplo, los abogados de Milton Andersen, el hermano de Kitty Menéndez, pidieron que se mantuviera la pena original, argumentando la gravedad de los crímenes cometidos por los hermanos.
Nuevas pruebas, como una carta escrita por Erik Menéndez en 1988 describiendo los abusos sufridos por su padre y el testimonio de Roy Rosselló sobre abusos sufridos a manos de José Menéndez, podrían cambiar el rumbo del caso. Si estas pruebas hubieran estado disponibles durante el juicio de los hermanos, la situación podría haber sido diferente. A pesar de esto, la decisión de liberar a los hermanos no está clara y se espera que el nuevo fiscal de distrito, Nathan Hochman, revise el caso antes de tomar una decisión.
El reciente interés público en el caso a raíz de la serie de Netflix “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez” y el documental “Los hermanos Menéndez”, ha vuelto a poner en la mesa la discusión sobre la posible libertad de los hermanos. A pesar de la atención mediática, la decisión final sigue en manos de las autoridades correspondientes. La familia de los hermanos ha expresado su deseo de que sean liberados después de décadas en prisión.
El futuro de Erik y Lyle Menéndez sigue siendo incierto, con argumentos a favor y en contra de su liberación. A pesar de que han pasado 35 años desde que cometieron el crimen, la posibilidad de que obtengan la libertad plantea cuestiones sobre el sistema judicial y la justicia en casos de abusos infantiles. La decisión del juez sobre su condena se pospone a enero, lo que prolonga la angustia de la familia y la incertidumbre de los hermanos.