Antonio Guzmán Fernández, de 57 años, y Jacobo Majluta, de 44, fueron juramentados como presidente y vicepresidente de la República en sustitución de Joaquín Balaguer y Carlos Rafael Goico Morales. La ceremonia fue presidida por el presidente del Senado, Juan Rafael Peralta Pérez, cumpliendo con todos los requisitos correspondientes. Hubo cierta agitación en el ambiente debido a los seguidores de ambos bandos políticos, pero en general, la juramentación se llevó a cabo con normalidad. En las afueras del edificio del Congreso, miles de manifestantes se congregaron para celebrar la asunción de Guzmán. La ceremonia también fue transmitida por radio y televisión a nivel nacional.
En el salón de juramentación, se improvisaron asientos para las esposas de los nuevos presidentes y para algunos secretarios de las Cámaras. La sala estaba repleta de invitados, miembros del gabinete, jefes militares, personal diplomático y periodistas, lo que creó un ambiente caluroso y abarrotado. En la planta alta, se ubicaron otros acreditados, miembros de la prensa nacional y extranjera, y aquellos que no lograron encontrar asiento en la zona principal. La ceremonia fue seguida con gran interés por la población, tanto a través de los medios de comunicación como por altoparlantes instalados en las afueras del Congreso.
Debido a la estrechez del salón y la presencia de una gran cantidad de periodistas y camarógrafos, el espacio destinado a los taquígrafos parlamentarios fue invadido y dificultó su trabajo. A pesar de las dificultades logísticas, la ceremonia se llevó a cabo con éxito y los nuevos presidentes fueron recibidos con una salva de cañonazos y honores militares a cargo de un batallón mixto de las Fuerzas Armadas. Tanto Guzmán como Balaguer fueron recibidos con aplausos y muestras de respeto por parte de los presentes.
En la mesa directiva, Guzmán fue el primero en juramentar, seguido por Balaguer. Al final de la ceremonia, Guzmán se retiró primero, mientras que Balaguer permaneció unos minutos más recibiendo el saludo de sus amigos. A pesar de las diferencias políticas existentes entre los seguidores de los partidos representados en la ceremonia, no se produjeron incidentes significativos. La presencia de la prensa nacional e internacional, así como de personalidades políticas y diplomáticas, reflejó la importancia y trascendencia del evento.
En resumen, la juramentación de Antonio Guzmán Fernández como presidente y Jacobo Majluta como vicepresidente de la República fue un evento histórico que generó gran expectación y emoción entre la población dominicana. A pesar de cierta agitación en el ambiente, la ceremonia se llevó a cabo con normalidad y respeto. La presencia de personalidades políticas, militares, diplomáticas y periodistas, así como la transmisión en vivo por radio y televisión, destacó la importancia de este trascendental acto. Tanto Guzmán como Balaguer recibieron muestras de respeto y apoyo por parte de los presentes, lo que reflejó la importancia de mantener la paz y la estabilidad en el país durante este proceso de transición política.