Garry Conille fue elegido como el nuevo primer ministro de Haití por un consejo de transición y expresó su gratitud a los grupos de la sociedad civil, partidos políticos y miembros de la diáspora haitiana que le propusieron para el cargo. Conille, quien renunció como director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, agradeció la oportunidad de liderar al país y trabajar por un futuro mejor para los niños haitianos. El nuevo primer ministro estudió medicina y salud pública y ha sido parte de importantes esfuerzos de reconstrucción en Haití, incluyendo tras el devastador terremoto de 2010.
Conille se enfrenta a una tarea monumental, ya que Haití está siendo asediado por pandillas que controlan gran parte de la capital, Puerto Príncipe. Se espera que un despliegue respaldado por la ONU de policías de Kenia y otros países ayude a abordar la situación de inseguridad en el país. Aunque el consejo de transición no ha emitido un comunicado formal sobre la elección de Conille, miembros del consejo confirmaron que seis de los siete votantes le eligieron. Conille sucederá al primer ministro interino Michel Patrick Boisvert, quien ocupó el cargo desde la renuncia de Ariel Henry en abril.
La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, expresó su deseo de éxito a Conille en su nueva posición, señalando la importancia de llevar esperanza, estabilidad y paz a los niños haitianos. La designación de Conille como primer ministro llega en un momento crucial para el país, que enfrenta graves desafíos socioeconómicos y políticos. Su experiencia previa en el gobierno y en organizaciones internacionales como la ONU lo posicionan como un líder capacitado para abordar los problemas urgentes que enfrenta Haití.
La situación en Haití ha sido complicada por la presencia y actividad de pandillas que han tomado el control de amplias áreas del país, lo que dificulta la vida diaria de los ciudadanos y representa un desafío para las autoridades locales. El asedio de pandillas en Puerto Príncipe y otras regiones ha generado preocupación a nivel nacional e internacional, por lo que la llegada de Conille como primer ministro se percibe como un paso positivo hacia la estabilización y el restablecimiento del orden en Haití.
Conille asume su cargo con un fuerte respaldo de diversos sectores de la sociedad haitiana, así como de la comunidad internacional. Su compromiso con el desarrollo y la reconstrucción de Haití, así como su experiencia en áreas clave como la salud pública, lo convierten en un líder con el potencial de impulsar cambios significativos en el país. Se espera que trabaje en estrecha colaboración con diversos actores para abordar los desafíos que enfrenta Haití y sentar las bases para un futuro más próspero y seguro para todos sus ciudadanos.