El psiquiatra Judson Brewer ha desarrollado un programa de 21 días para mejorar nuestra relación con la comida, basado en la neurociencia y la atención plena. En lugar de luchar contra los antojos de comida, propone trabajar con nuestro cerebro para identificar y desactivar los detonantes emocionales que nos llevan a comer sin hambre y crear nuevos hábitos saludables. Esto implica aceptar las recaídas y ser más amables con nosotros mismos.
El programa de Brewer se presenta como una alternativa a las dietas restrictivas y al sentimiento de culpa por comer. Propone cultivar una nueva forma de relacionarnos con la comida, basada en la curiosidad, la consciencia de nosotros mismos y la libertad. En lugar de imponer reglas estrictas, el enfoque se centra en comprender las razones detrás de nuestros antojos y aprender a utilizar la fuerza del antojo a nuestro favor, utilizando la curiosidad para desarmarlos.
Según Brewer, la relación entre alimentación y emoción es un camino de ida y vuelta. Nuestras conductas alimentarias pueden crear emociones como la culpa y la vergüenza, que a su vez alimentan hábitos poco saludables. Para salir de este bucle, es necesario comprender cómo funciona nuestro cerebro, identificar nuestros impulsos y fortalecer la confianza en nosotros mismos a través de la experiencia. Esto implica prestar atención a nuestro cuerpo y mente y reflexionar sobre los desencadenantes emocionales de nuestros antojos.
El médico psiquiatra destaca la importancia de explorar nuestra propia experiencia con la alimentación para descubrir las emociones subyacentes, como la ansiedad. Propone utilizar la fuerza del antojo a nuestro favor, alimentando la curiosidad y explorando las sensaciones que lo provocan para desarmarlo. Al intentar cambiar un impulso deforma forzada, este tiende a persistir. En lugar de resistirlo, Brewer recomienda utilizar la energía del antojo para comprenderlo mejor y utilizarla en su contra.
En las situaciones en las que sentimos un impulso de comer sin hambre, estos suelen estar relacionados con estados de ánimo o hábitos arraigados. Brewer señala que el primer paso para abordar estos impulsos es reflexionar sobre su origen y responder con claridad a la pregunta de si provienen del hambre físico o de emociones como el enfado, la soledad o el aburrimiento. Al fortalecer nuestra autoconciencia y comprensión de nosotros mismos, podemos reemplazar los hábitos poco saludables por otros más beneficiosos para nuestra salud y bienestar.