Investigadores japoneses liderados por el profesor Shoji Takeuchi han desarrollado un robot facial con piel 'viva' hecha a partir de células humanas que le otorgan funcionalidades biológicas y expresividad. Este avance podría contribuir al estudio de la formación de arrugas y reducir el uso de animales en pruebas de cosméticos y medicamentos. Utilizando células y matriz extracelular, el equipo creó un recubrimiento equivalente a la dermis y una estructura única para anclar la piel al robot, permitiéndole sonreír y moverse de manera más natural.
En la mayoría de los robots humanoides actuales, se utiliza caucho de silicona para imitar la suavidad de la piel humana. Sin embargo, el equipo japonés cultivó células de piel humana para crear una piel 'viva' de 2 milímetros de espesor y 25 milímetros de diámetro, con una capa de dermis y otra de epidermis. Para unir el tejido al robot, desarrollaron un mecanismo inspirado en la estructura de los ligamentos humanos, permitiendo movimientos fluidos y expresivos en el robot facial.
Este avance en la robótica biohíbrida se ha publicado en la revista Cell Reports Physical Science y destaca por la capacidad de la piel biológica de autorrepararse, una característica crítica para robots humanoides que operan en entornos complejos. Los pequeños arañazos y daños que sufre la piel del robot pueden convertirse en problemas graves si no se atienden, por lo que la capacidad de autorreparación es esencial. El equipo espera seguir investigando e integrar funciones como nervios y vasos sanguíneos en futuros robots recubiertos con esta piel 'viva'.
El método convencional para unir tejidos a objetos artificiales como la cara de un robot solía ser engancharlos en protuberancias, lo que resultaba en movimientos y expresiones extrañas. Sin embargo, con esta nueva técnica inspirada en la estructura de los ligamentos humanos, los movimientos del robot facial son más fluidos y naturales. La piel cultivada por los investigadores japoneses se considera un material de cobertura ideal para robots debido a sus funcionalidades biológicas y capacidades de autorreparación.
En declaraciones al diario Mainichi, el profesor Takeuchi mencionó su interés en seguir integrando funciones como nervios y vasos sanguíneos en futuros robots recubiertos con esta piel 'viva'. Además, el equipo ya había experimentado con un robot con forma de dedo recubierto con un material similar en el pasado. Este avance en la robótica no solo podría mejorar la similitud entre los robots y los humanos, sino también contribuir a la investigación de arrugas y la reducción del uso de animales en pruebas de productos cosméticos y medicamentos.