El trauma psicológico se asocia con un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales, aumentando el riesgo de suicidio y depresión. Experiencias traumáticas, como agresiones sexuales o guerras, pueden aumentar este riesgo. El 62% de las personas deprimidas han experimentado traumas, lo que reduce la respuesta al tratamiento antidepresivo. El tratamiento más común para el trauma y trastornos mentales relacionados es la psicoterapia, siendo crucial abordar tempranamente el trauma para evitar complicaciones futuras.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es común después de una experiencia traumática, junto con síntomas como evitación, pensamientos intrusivos y flashbacks. El 52% de las personas con TEPT tienen depresión comórbida. Las mujeres tienen el doble de prevalencia de TEPT que los hombres, siendo la violencia interpersonal el mayor foco de trauma en España. La violencia sexual es una de las causas más frecuentes de TEPT y está asociada al estigma y la culpa en las víctimas.
El trauma también puede tener un impacto físico en el cuerpo, como cambios en la presión arterial, obesidad y en la genética. El trauma infantil puede afectar la longitud de los telómeros en el ADN, lo que puede influir en la percepción del dolor. Iniciar la terapia psicológica dentro de las primeras seis horas después de un trauma es crucial para evitar que se consolide en la memoria y prevenga el desarrollo de trastornos mentales en el futuro.
El tratamiento de pacientes con TEPT se centra en escuchar al paciente y validar su experiencia. El TEPT no tratado empeora con el tiempo, por lo que es importante abordarlo de manera temprana. Las experiencias traumáticas pueden aumentar el riesgo de trastornos mentales en la edad adulta, especialmente si ocurren en la infancia. La prevalencia de TEPT en España es del 2,2%, por debajo de otros países europeos, siendo más común en personas de 45 a 59 años.
En resumen, el trauma psicológico puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos mentales como la depresión y el TEPT. Es importante abordar el trauma tempranamente con psicoterapia para prevenir complicaciones futuras. Las experiencias traumáticas, especialmente la violencia interpersonal, son una de las principales causas de TEPT en España. Es crucial escuchar y validar la experiencia de los pacientes con TEPT para mejorar su tratamiento y prevenir complicaciones adicionales.