El Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional condenó a 20 años de prisión a Alejandro Estiwar Guerrero y Aneury Segura Santiago, conocido como "Ñapita", por la muerte del raso policial Jefferson Amancio Sánchez. El crimen tuvo lugar el 4 de octubre de 2023 en el sector Gualey del Distrito Nacional. Los acusados deben cumplir su condena en el Centro de Corrección y Rehabilitación (CCR) Najayo-Hombres. Durante el incidente, Guerrero apuntó al raso con un arma de fuego mientras Segura intentaba robar sus pertenencias. El agente resultó herido e intentó defenderse, lo que llevó a un forcejeo en el que resultó herido. Segura aprovechó la confusión para disparar al agente, hiriéndolo mortalmente antes de huir del lugar.
La investigación policial permitió identificar a los agresores, gracias a las cámaras de seguridad cercanas que capturaron el momento previo al crimen. La autopsia realizada por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) confirmó que la muerte del raso fue causada por un disparo en el hemitórax izquierdo. Los delitos cometidos por Estiwar Guerrero y Ñapita están tipificados en varios artículos del Código Penal Dominicano y en la Ley sobre el Control y Regulación de Armas y Municiones. La sentencia dictada por el tribunal refleja la gravedad del crimen y busca hacer justicia por la vida perdida del raso policial Jefferson Amancio Sánchez.
El crimen perpetrado por Alejandro Estiwar Guerrero y Aneury Segura Santiago conmocionó a la comunidad y generó un fuerte rechazo hacia los responsables. El asesinato de un agente del orden público es considerado un acto reprensible que merece ser castigado con todo el peso de la ley. La condena de 20 años de prisión impuesta por el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional es un mensaje claro de que no se tolerarán actos de violencia contra los servidores públicos en la República Dominicana. La justicia ha sido cumplida en este caso, y se espera que la sentencia sirva como ejemplo disuasorio para quienes intenten cometer crímenes similares en el futuro.
El uso de armas de fuego en el crimen cometido por Estiwar Guerrero y Ñapita pone de manifiesto la peligrosidad de la delincuencia en la sociedad dominicana. La violencia armada y la falta de respeto hacia la vida de los demás son problemas graves que deben abordarse con firmeza y determinación por parte de las autoridades. La condena de los responsables del asesinato del raso policial es un paso en la dirección correcta para garantizar la seguridad y el bienestar de la ciudadanía. Es fundamental que se tomen medidas efectivas para prevenir la criminalidad y proteger a los ciudadanos, especialmente a aquellos que arriesgan sus vidas en el cumplimiento de su deber, como fue el caso de Jefferson Amancio Sánchez.
La cooperación entre las autoridades policiales y el sistema judicial fue fundamental para esclarecer el crimen y llevar a los culpables ante la justicia. La utilización de recursos tecnológicos como las cámaras de seguridad y la realización de una autopsia rigurosa contribuyeron a la recopilación de pruebas sólidas que respaldaron la condena de los acusados. Este caso ejemplifica la importancia de la colaboración entre las instituciones del Estado para combatir la impunidad y garantizar que los responsables de delitos graves sean juzgados y sancionados de acuerdo con la ley. La sociedad dominicana espera que este tipo de colaboración continúe fortaleciéndose para garantizar la seguridad y la justicia para todos sus ciudadanos.
La sentencia impuesta a Alejandro Estiwar Guerrero y Aneury Segura Santiago por el asesinato del raso policial Jefferson Amancio Sánchez envía un claro mensaje de que la violencia y la impunidad no serán toleradas en la República Dominicana. La sociedad y las autoridades rechazan enérgicamente cualquier acto de violencia, especialmente cuando se dirige contra agentes del orden público que arriesgan sus vidas en servicio a la comunidad. La pena de 20 años de prisión impuesta a los responsables del crimen es un recordatorio de que aquellos que violan la ley y atentan contra la vida y la seguridad de los demás enfrentarán consecuencias severas. Este caso representa un paso importante en la lucha contra la delincuencia y la violencia en el país, y debería servir como un recordatorio de la importancia de mantener el Estado de derecho y la justicia para todos los ciudadanos.